lunes, 14 de septiembre de 2015

BESO DE JUDAS




BESO DE JUDAS
         La imagen de ese niño muerto besando la espuma y arena de las aguas del mar no aligera la carga de maldad de los Asnos que nos gobiernan (Asnos opresores y tiránicos del capitalismo global), ni el peso, ni el dolor o la resistencia.
         Cuando surge una desgracia los lacayos y políticos que elegimos para servir al pueblo, se ponen la careta del dolor pactado, mintiéndonos como a chinos o a bobos de baba.
         No se inquietan ni turban, pues siguen vendiendo sus armas acriminalizándose, siguiendo costumbres parecidas a la de los criminales, andando en dares y tomares de opresión y represión, tirando dardo, pues se precian del arado que conforma su cerebro.
  Aguas y mares en espacios de mar, ríos o lagos, no son más que corrientes o mareas de lágrimas de cocodrilo. El espíritu de dios sobre las aguas no es más que la muerte de los emigrantes que vienen en pateras en las procelosas aguas del Mediterráneo, las aguas del Ebro, antaño, y las aguas del Atlántico.
Muertos en aguajes, corrientes impetuosas del mar producidas por las mareas. Niños mojados o bañados en playas aguanosas. Olvidados. Playas convertidas en aguazal donde queda detenida la vida.
-Las aguas del Mar Muerto son amargas, me dice un concurrente a la feria de la vida. 
-¿Y qué?, le pregunto yo.
         Lo mismo que les pasa a los refugiados, sobre quienes hacen juegos malabares las falsas dádivas o agasajos que suelen hacérseles en tiempo de guerra, cuya luz de las bombas se refleja en ellos mismos.
         El Mundo hace agua y entra el agua del mar por un agujero o hendija que tiene la misma vida, y que siempre tendrá, como esa espuma del mar acercando su boca a esa cadenilla de huesos del oído del niño, interpretando la vida y la muerte al oído de las bombas y la maldad global.
         Mozos de espuela y políticos hacen oídos de mercader, que cualquier cosa les entra por un oído y les sale por el otro. Ellos hacen aguas, mean y cagan en cantera. Las armas y balas que llevan en sí son las sustancias orgánicas de sus cerebros. Para ellos, el agua del mar traicionero es agua de cerrajas, de poca o ninguna importancia, a sabiendas de que, como ellos mismos dicen, “el agua del Mar Mediterráneo quita la vida y no da pan”.
         Ellos no ven más allá del conducto de bajada del agua de sus letrinas, o del “Letrón”, lista de excomulgados que se ponía en las puertas de las iglesias”.
         Flujos y reflujos del mar, flujos y reflujos de hombres y mujeres mareados por embaucadores y ladrones que cambian moneda falsa por buena, y dejan en sangre las orillas y límites de las naciones. Puercos margaritos, señores de la guerra, que hacen vida crapulosa y desordenada, ganando, siempre, con márgenes de muerte.
         La paz quedó sobre la arena, sólo restan las armas de los besugos, perdidas en la mar las cuerdas empleadas en el aparejo del barco, el beso de Judas, y del niño, el llanto.

-Daniel de Cullá



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