viernes, 10 de mayo de 2013

GRECIA, FRESAS SALVAJES, LOS ESCLAVOS MODERNOS


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1. El incidente 

Manolada es una comunidad agrícola en el noroeste de Peloponeso que se conoce por su considerable cantidad de cultivos de fresas ya que en los campos que la rodean se produce el 90% de la producción nacional. En esos campos trabajan alrededor de cinco mil inmigrantes, la mayoría de ellos indocumentados. Las condiciones laborales y la calidad de vida de los trabajadores extranjeros son extremadamente inhumanas  

En los últimos siete meses, centenares de inmigrantes sufrían algo más que la explotación atroz y la carencia de cualquier tipo de higiene en sus chabolas de cartón y plástico. El dueño de la mayor empresa de producción de fresas, Vangelatos SA, se negaba a pagar los salarios y con el servicio de capataces armados con escopetas, imponía el silencio (Anexo 1: El patrón de la empresa, Vangelatos, SA) 

El 17 de abril del 2013, esa realidad de esclavitud se intento romper con una manifestación espontánea de unos 200 inmigrantes que pedían sus salarios por el trabajo realizado y mejoras en las condiciones de vida y de trabajo. La respuesta del dueño fue ordenar a sus capataces disparar contra la multitud. 30 personas fueron heridas, 7 de las cuales resultaron graves (Anexo 2: Imágenes de inmigrantes heridos). En la democracia griega, 25 siglos después, volvieron a sonar las cadenas de la esclavitud humana.  

El incidente que convulsionó y avergonzó la sociedad griega no fue el primer caso de explotación extrema o violencia racista, producido por los dueños y los capataces de los cultivos de Manolada 


Hace 5 años, el 18 de abril del 2008, se había organizado una huelga por 1500 inmigrantes que pedían, igual que ahora, los sueldos que ya habían ganado y mejores condiciones de vida y de trabajo. La respuesta de la patronal fue un poco diferente. Esa vez habían pagado unos 60 matones y les mandaron a dispersar la concentración con palos y piedras. Los dueños tenían las escopetas a mano y disparaban al aire. La violencia ejercida fue extrema y no se restringió solamente a los trabajadores extranjeros sino la sufrieron también los periodistas que intentaban cubrir los acontecimientos. Los dueños de los cultivos, junto con la ayuda de la policía consiguieron romper la huelga y obligaron a los trabajadores volver a sus puestos. 

En 2009 dos jóvenes griegos atacaron a dos inmigrantes de Bangladesh porque les acusaban de haber robado unos animales. Para castigarles les ataron a una moto y les arrastraron en las calles céntricas de Manolada. La policía llegó y detuvo los dos griegos por la violencia ejercida y los dos inmigrantes por el supuesto robo. 

En abril de 2011, Manolada salía de nuevo en las noticias porque se había descubierto una red de trata de esclavos que tenia 10 trabajadores de Rumania bajo constante amenaza de armas, obligándoles a trabajar en condiciones de miseria absoluta, recogiendo fresas. Cuando los capacetes consideraban que los trabajadores no se esforzaban suficientemente les pegaban y disparaban al aire para aterrorizarles.  

Por último, en agosto de 2012, un trabajador Egipcio sufrió torturas porque se había quejado al patrón de la empresa Vangelatos SA, por negarle sus sueldos. Los matones (los mismos que dispararon contra los inmigrantes en el incidente actual) le ataron a un coche y le arrastraron por las calles de Manolada, rompiéndole finalmente su mano. Nunca fueron detenidos.  

El florecimiento económico de la zona se debe a una explotación bárbara e inhumana. Los inmigrantes están obligados a dormir en tarimas de madera, no tienen agua corriente potable, ni servicios sanitarios. El pozo improvisado con agua residual se utiliza para la higiene personal, para beber y para cocinar. Los dueños de los cultivos les obligan a pagar una cantidad como alquiler y a la vez les niegan el pago de sus sueldos. Les pagan lo mínimo para poder comprar la comida de cada día. A cualquier forma de protesta e intento de exigir los derechos humanos fundamentales, los dueños responden con violencia extrema, utilizando los matones, la policía, o ambos (Anexo 2: Imágenes de condiciones de vida de los inmigrantes).   

Inevitablemente, llegó el momento que la miseria tocó fondo, los trabajadores ya no estaban dispuestos a vivir como esclavos y decidieron levantarse. El patrón más poderoso de Manolada y sus capataces, ante esa determinación, decidieron disparar contra la multitud. Esta vez la magnitud del crimen no fue posible esconderse tras la capa del supuesto desarrollo económico de las fresas griegas. El patrón y sus  matones traspasaron la línea roja.   

Sin lugar a duda, el dueño que ordenó los disparos y sus capataces que los llevaron a cabo, disfrutaban de la complicidad de los demás terratenientes griegos y de las instituciones estatales locales. Por otra parte, la policía griega, según los testimonios oficiales de parlamentarios de los partidos de la oposición, se presentó al hospital y detuvo a inmigrantes que no estaban gravemente heridos para iniciar su proceso de deportación. A raíz de eso hubo una gran movilización y por el momento dicho proceso se ha paralizado.  


2. La cuestión de la inmigración en Grecia 

La gran mayoría de los 200 inmigrantes que se vieron involucrados en el incidente provienen de Bangladesh y Pakistán. En los 5 mil inmigrantes que viven y trabajan en Manolada hay de manera minoritaria colectivos de países europeos como Bulgaria y Rumania o bien Albania.  Sin embargo, la gran mayoría de esas personas son asiáticos que están sin documentos de residencia/trabajo y afrontan cualquier momento el proceso de deportación. Esta realidad les convierten en mano de obra barata, personas sin derechos y muy frecuentemente victimas de explotación laborar extrema.  

Sería conveniente decir dos palabras en cuanto al fenómeno de la inmigración en Grecia, algo que nos ayudaría a entender mejor las circunstancias que caracterizan todos esos incidentes atroces e inhumanos que se han descrito a lo largo de este escrito.   

A partir de mediados de los años 80 empiezan a surgir las primeras olas importantes de inmigración. Hasta ese momento la sociedad griega conocía en profundidad el fenómeno de la emigración ya que generaciones enteras de autóctonos tuvieron que abandonar el país en búsqueda de una vida mejor. En los 90, tras la caída de la Unión Soviética y la guerra de los Balcanes, el número de las personas extranjeras que decide instalarse en Grecia aumenta significativamente. Desde ese momento muchos inmigrantes tuvieron que vivir en condiciones miserables ya que no existían las infraestructuras y los servicios públicos necesarios para cubrir sus necesidades, realidad que creaba las circunstancias ideales para el aumento de actos y comportamientos delictivos. La cronología más decisiva fue el 2003, año que la Unión Europea decidió firmar la Regulación de Dublín II 

Este acuerdo prácticamente exige al país europeo donde llega por primera vez un inmigrante a procesarle el asilo, a regularizar su permiso de residencia o a deportarle. En este sentido, si el inmigrante consigue salir ilegalmente del país de entrada y es detenido posteriormente en cualquier otro país de la unión, le devuelve al país inicial.  

Actualmente Grecia es la puerta de acceso más importante para los refugiados e inmigrantes que provienen de los Balcanes, el Oriente Medio y Asia. Las instituciones responsables de la inmigración están prácticamente colapsadas. Centenares de miles de personas entran en Grecia con el deseo de seguir hasta los países del norte de Europa, y quedan atrapadas en una sociedad que experimenta la crisis sociopolítica más violenta de su historia reciente. Es esta crisis sociopolítica que ha llevado al parlamento un partido neonazi, cuyos líderes y seguidores han participado y participan en decenas de ataques contra los inmigrantes y en ocasiones, han provocado incluso la muerte de la persona atacada.     

En líneas generales se podía argumentar que la sociedad griega esta experimentando las condiciones de una guerra social no declarada. Buena parte de la población autóctona ante esa situación expresa sus reflejos más conservadores y muestra una actitud de tolerancia ante incidentes como los ocurridos en Manolada. Para esa -desafortunadamente grande- minoría de la población griega, la inmigración es parte del problema y el inmigrante el chivo expiatorio.  






3. Cierre y conclusiones 

Los días siguientes, diferentes organizaciones de derechos humanos se presentaron en el lugar donde sucedió el incidente para ser testigos de las circunstancias de vida y de trabajo de los trabajadores extranjeros.  

Amnistía Internacional observó: “un auténtico miedo y el constante peligro que sufren los recolectores de fresas, que aún no se han recuperado del violento ataque” la portavoz de la organización comentó que estos trabajadores están desesperados por no recibir su salario y no poder mantener a sus familias. Subrayó que: “La triste realidad es que muchos de ellos se ven atrapados, y sienten que no tienen más opción que seguir trabajando allí”. 

El estado griego no se puede considerar ni civilizado ni democrático. El intento de deportación de algunos de los trabajadores extranjeros implicados, es un acto perverso propio de un régimen totalitario e inhumano.  

Cada vez se juntan más voces que hablan abiertamente de un estado dictatorial. En este último año se ha producido una serie de incidentes que componen el perfil repugnante del gobierno más violento desde la caída de la dictadura de los coroneles (julio de 1974).   

En los últimos 12 meses:  

  • Prostitutas portadores de VIH fueron objeto de escarnio tras la orden del ministro de Salud, supuestamente para tratar la amenaza del Sida. Se creó una alarma social mientras los canales de televisión transmitían sus datos personales (foto, nombre, apellido, etc.)1   
  • 15 luchadores antifascistas fueron torturados en la comisaría general de Atenas. Los policías llegaron incluso a usar descargas eléctricas.2 
  • 4 anarquistas, miembros de una organización armada, fueron torturados tras su intentó de robar un banco. La policía intentó borrar las marcas de la tortura con PhotoShop, y dio sus fotos en los medios de comunicación pidiendo, a la ciudadanía, colaboración. 3 
  • El partido neonazi por la mañana reparte comida y por la noche organiza cazas de inmigrantes, refugiados y luchadores sociales. Hay decenas de casos de heridos graves y dos casos de asesinato. El  gobierno radicaliza su discurso y sus prácticas para ganar el “voto fascista”. 4 
  • El doble desalojo de Villa Amalias (probablemente la casa-ocupada más antigua de Atenas-llevaba más de 20 años) lo hicieron policías del cuerpo antiterrorista en una orgía de represión.5 
  • El gobierno ha iniciado la venta de los recursos naturales del país. Por una ridícula cantidad de dinero se cedió a la multinacional canadiense EL DORADO GOLD un gran territorio forestal para la explotación de los yacimientos de oro. El pueblo de Halkidiki (norte de Grecia) lucha con toda su fuerza para frenar la destrucción de la naturaleza. La policía lleva la violencia en las comunidades que resisten y secuestra sindicalistas, invade en casas sin orden judicial, tira gases lacrimógenos –mientras los niños están- en la escuela, etc. 6 
  • En dos ocasiones, el primer ministro ha movilizado los trabajadores (movilización civil) para romper sus huelgas. Sindicalistas fueron detenidos.7 
  • Vaxevanis, un periodista de la prensa libre, publicó los datos de las personas implicadas en el escándalo económico de las cuentas bancarias en Suiza (Lista Lagard). El gobierno ordenó su captura, la cual se llevo a cabo en medio de la indignación popular. Vaxevanis había sufrido el año pasado un intento de asesinato. Hace pocos días publicó datos y testimonios que relacionan ese intento con los servicios secretos del país.8 
  • El gobierno ha ordenado la censura de los medios alternativos más importantes (Athens Indymedia y radio 98fm). Medios que siguen de pie por el enorme esfuerzo de las personas que los gestionan y por los actos de solidaridad, dentro y fuera de Grecia.9   


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