domingo, 7 de octubre de 2012

BURDOS FARSANTES DE FERIA

Retazos
Burdos farsantes de feria
Decía Molière que la hipocresía es la peor de las maldades. Y decía Bertolt Brecht que “cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, conviene decir la verdad”. Y la hipocresía de Rajoy y de su gobierno ha superado los límites de la mala calidad, para devenir en hipocresía mediocre, zafia, vulgar y delirante. Y es que sus mentiras son tan evidentes, tan descaradas, tan destructivas y tan arrabaleras que cuesta vislumbrar a un charlatán o a un burdo farsante de feria capaz de seguir la onda esperpéntica de este gobierno voraz.

Cuando estaba en la oposición, Rajoy convocaba a los españoles a manifestarse, por supuesto contra Zapatero. Entonces manifestarse era propio de personas de bien. Ahora los que se manifiestan son, según el Gobierno, perroflautas y terroristas. El presidente, desde Nueva York, mostraba públicamente su reconocimiento a “la mayoría de españoles que no se manifestaron”, y dijo, literalmente, “españoles que sufren, que pasan dificultades y que trabajan, el que puede…” Es decir, según Rajoy, los manifestantes no trabajan y no representan a los españoles, y me pregunto, ¿a quién representan, señor Rajoy, quizás a los habitantes de El Congo Belga, por poner un ejemplo?

Lógicamente, poco después, el 29S, esos manifestantes que llenaban la Plaza de Neptuno y aledaños (según los medios de la derecha escasas 6.000 personas) se multiplicaron en muchos miles en respuesta a este presidente inepto, mentiroso e hipócrita que daba por hecho estúpidamente que los españoles que no asisten a las manifestaciones ante el Congreso están a su lado. Ignoro los métodos de cómputo de la derecha, aunque sabiendo de sus artimañas y de su lucidez neuronal es fácil imaginarlos, porque los documentos gráficos muestran exactamente la gran multitud de ciudadanos que los días 25, 26 y 29 de septiembre abarrotaban las calles reclamando la dimisión de este gobierno descabellado. Y no eran “perroflautas”, ni terroristas, como insinúan, sino personas de toda condición y todas las edades que reclaman la democracia que estamos perdiendo.
Si la cuestión quedara en ese punto, el asunto no sería, quizás, extremadamente grave. Lo que la hace de esa condición es la represión policial, propia de una dictadura; ni Franco lo hubiera hecho mejor.

Una policía con la identificación tapada, que lanzaba pelotas de goma y ejercía la violencia indiscriminada contra jóvenes o ancianos, que se había infiltrado en los grupos de manifestantes, y que recibe, como premio por su “buen trabajo”, felicitaciones y una condecoración. Este gobierno está criminalizando el derecho ciudadano a manifestarse, está ejerciendo violencia contra los españoles que deciden salir a la calle exigiendo su derecho democrático de mostrar su malestar ante los abusos. Este gobierno está actuando de espaldas a los españoles, y está actuando de manera radicalmente contraria a sus falsas promesas electorales. Como ejemplo, la decisión de Cospedal de despojar de sueldo a los diputados de su región, esperando de ellos la dedicación a la función pública por amor al arte, mientras ella, afamada por ser la político que gana más dinero de la democracia española, no renuncia a sus tres sueldos millonarios que recibe del erario público. Lo que busca, a todas luces, es dejar a los ciudadanos sin representantes públicos y hacerlos retroceder hasta la indefensión política del siglo XVIII.

La hipocresía de puesto de feria de este gobierno ha llegado, como digo, a límites de esperpento. A la vez que el resto del mundo critica la situación caótica y desesperada de los españoles, las televisiones públicas en España televisan corridas de toros (matanzas sangrientas, por cierto, en horario escolar) y nos colocan a Bertín Osborne como paradigma cultural. ¿Qué son los valores para el señor Rajoy? ¿quizás tengan que ver con la estúpida sumisión y el analfabetismo político de muchos españoles que se creyeron sus consignas?, ¿o quizás con los valores que emanarán del Eurovegas? La derecha empezó a robarnos los derechos y los valores democráticos con Aznar y su burbuja inmobiliaria, y esta derecha delirante está poniendo la estocada final (por seguir la jerga taurina que tanto les gusta) a nuestra dignidad y a nuestra democracia.
Coral Bravo es Doctora en Filología
elplural

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