lunes, 6 de abril de 2015

ANA FRANK EN LA CASA DE ATRAS




(Recordando su injusta muerte entre febrero y marzo de 1945)
ANA FRANK EN LA CASA DE ATRAS

Recorro el sitio donde Ana Frank vivió
Y estuvo escondida, la Casa de Atrás
Que abre sus puertas de par en par
A todos los días en el centro de Ámsterdam.
Delante de una de sus bellas fotos
Con esa sonrisa tan amplia de joven Gioconda
Medito, pienso y digo:
¿Quién lo creería?
A una niña que comienza a reír y a soñar
Le tuercen la boca con un descompasado guantazo
Los sayones de la cruel Gestapo
Rebuznantes de odio y ascos
A esta bella niña judía que ya hermosea
De quien aprendemos muy bien en su “Diario”
El caritativo y buen consejo de honrar y amar
A los padres y a la patria
Conocedora, también, de que
“El buey no es de donde nace sino de donde pace”.
En algunas fotos, parece que llora,  pero no es por ella
Sino por sus paisanos que sufren el bronco sonido
Y el estridor desapacible de los criminales alemanes
Arrastrando a sus campos de concentración
A deportados judíos y otras amables gentes
Que no les entran por su ojo ario
Y que quieren  hacer una tortilla su cerebro.
Ella, desde los trece años escribe, con dieciséis muere
No entendiendo de odios ni rencores
Sabiendo  que el desamor y la violencia
Son propios de criminales y asesinos majaderos.
Recordémosla ordeno a los que me acompañan
En este fondo de la Casa de Atrás
Y en el campo de concentración de Bergen-Belsen
Al norte de Celle, en Alemania
Donde ella y su hermana por vejaciones y enfermedad mueren.
Le duele Alemania, ya lo creo
Por eso dice, pero no escribe:
“Vosotros alemanes habéis elegido por  Führer un Asno”.
¿Quién no sabe de Hitler las maldades
De ese malnacido ladrón de guerra los enredos?
¿Quién ignora de Hitler los campos de trabajo y sus crematorios?
Los campos ignominiosos donde el monstruo nazi
Quiere hacer de sus prisioneros
Una tortilla su cerebro
O en humos de chamusquina de cuerpos quemados
Su pangermánico Pontificado.
Ana Frank habrá perdido la vida, sí
Pero qué de reinos, provincias y países
Ha conquistado su amor y celo formidables
Alcanzando que muy pocas mujeres y hombres
Se porten, hoy en día, como criminales y crueles asesinos
Como descerebrados caníbales.
-“Haberlos hailos”, dice un gallego. Calla y continúa:
-“Muy tontos serán los hombres, tal vez Asnos
Si de Ana Frank no siguen el consejo”.   
             –Daniel de Cullá



                



 

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