FORO
ASNAL DE LA KULTURA
Innovación del Rebuzno
Que hemos perdido el Burro de
nuestro horizonte es bien seguro. Como seguro es que ningún Foro se encontrará
feliz de tal hallazgo, a no ser el
exclamar muy alegres la O de su Rebuzno desde su pesebre
al auditorio atronando. Cogidos in fraganti los literatos cual sacerdotes al momento Rebuznando, al respetable
sorprenderán al ver que el Asno que han perdido carga una gavilla de hipócritas
que el Aria Rebuznal entonan.
¡Za! Grita la gente para ahuyentar
los animales. Lo oímos con placer, tan satisfechos. Y envidia nos da su
Rebuznar, deseando aprender con reglas y mesuras del modo como nos lo enseñaron
nuestros maestros, revendedores de letras y cuadrúpedos tan diestros en
Rebuznos, que ya académicos, literatos, catedráticos, políticos “tíos listos”
se van haciendo.
La
Kultura es tan apreciable como despreciable. Los necios cagan libros, y muchos
hombres y mujeres hay que del Rebuzno han hecho su Razón, y convencen Como
Sancho, ese buen Sancho de don Quijote, somos eternos compañeros de un Asno. La
dicha que nos da el Rebuzno de un Jumento la historia política bien clarito nos
lo dice. Si Rucio sale del Gobierno, por ejemplo, la nazión caerá en un sima
donde yacerá en vida sepultada, que por eso cree que jamás escapará del yugo,
el palo y tentetieso.
¡Hostias! Oigamos con don Quijote de
Sancho sus lamentos:
-Hecho
en falta ver a mis antepasados cabalgar en Asnos; como me asquea ver a nuestros
gobernantes admirados ir montados en coches de muchos caballos.
Uno que había tropezado y varado su
“burra”, la bicicleta, en tierra, Tomé de Zabarcos, de Avila, dijo:
-Yo fui
vendedor de ropas en plazas o parajes de la población visitada. Fui emigrante
en Alemania y, en verdad os digo que “no faltan Burros en Alemania”.”Los Asnos
de España son muy estimados allí. Que América fue descubierta y poblada a lo
Burro. El amor de Isabel la Católica para con los Asnos fue muy
extremado; como lo es hoy el amor extremo de los políticos para con su Buche”.
-No es
extraño, dijo un nuevo contertulio, Darío de Hytaspes, que se había agregado. Prosiguiendo:
-En
todas partes del Globo la Política sirve a la panza y a las
cuentas bancarias. ¡Qué valor! Todo en la vida no es más que un lance asombroso
de una canilla de animal. Cualquiera de los huesos largos de la pierna y del brazo; cualquiera de los
huesos principales del ave, para hacer
flautas de Rebuznos, o escribir asnífluamente
narrativa y versos.
Tomé de Zabarcos, después de mirar a
su alredor, dijo:
*Por
todas partes hay Burros, gracias a dios. El Elogio del Rebuzno es la mejor
asignatura en todo estudio y en toda carrera universitaria. ¿Sabéis?, un cerdo
alemán vino a conocer las dos Castillas, y me dijo que “Castilla es un país de
buenos Asnos”. Que conoció a una señora mayor que todavía hermoseaba y que
salió zafa en el juego del amor, quien le dijo que “ella quería tener un hijo
con dos cabezas, pues así sería de los más listos de la tierra, haciéndose
futbolista o político” Y “que si no fuera por los Asnos no habría rey”.
Restituta Julia, amiga de Darío de
Hytaspes, que se había dado en la cara cierto polvo mineral con que se dio
color azul, le cortó, diciendo:
-Los
Asnos son capaces de enseñar Literatura, ¡palabra!, y todas las demás
asignaturas que hacen a los estudiantes conseguir cátedras de Rebuznos. Que
nuestro parentesco nos viene del Asno, no del mono, y menos de dios. Yo, como
todas las mujeres, soy pastora moza subordinada al rabadán, mayoral de
pastores., y, aunque hoy día no vamos en zaga al macho, es hecho cierto que existe un Aria de la sumisión y que
nosotras, aun sin saber música, tenemos que tocarles su órgano.
-¿Y que
me dices de la lascivia?, le preguntó Záfara, una amiga de Zamora, desde la
puerta que da a la calle, de una manera como quien habla con gachas o puches
claros de harina en la boca. A lo que respondió Restituta:
-La
Lascivia de los Asnos es tan extremada como la de los curas y frailes, al igual
que lo es la Resignación, una de las muchas prendas
del Asno que adorna de igual manera a los hombres.
Todos callaron y dirigieron sus
miradas a los contertulios del Foro que salían con sus zahones caídos, especie
de medios calzones de cuero que cubren la parte delantera de los muslos, con un
semblante entre cervuno y negro, pero alegres porque iban a celebrar zahora, comilona de amigos con bulla y
zambra.
Un zahorí de las letras que ve lo
que está oculto y en particular tesoros literarios, perspicaz y escudriñador, a
lo zaino, al soslayo y recatadamente se acercó a un libro que estaba caído en
el suelo medio abierto sobre algo que parecía brillar. Pensando que era un
pájaro le hizo un azalá diciéndole
frases zalameras para captar su voluntad. Cuál fue su sorpresa que al
levantar el libro vio, todos lo vieron,
una cagada del caballo del rey Alfonso de Castilla y León, conquistador de
Toledo vencido por Yusef, rey de los africanos almorávides, el cual poco tiempo
después llamó a esta mierda Sacralia, y los cristianos dijeron “que era una alma en pena sólo creo”.
-Daniel
de Cullá
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