El genocida Obama condena algunas ejecuciones
Documento con fecha
miércoles, 03 de septiembre de 2014.
Publicado el
miércoles, 03 de septiembre de 2014.
Escrito por: Arturo del Villar.Fuente: Autor.
Escrito por: Arturo del Villar.Fuente: Autor.
EL Estado Islámico ha degollado a un estadounidense cristiano que no
debiera haber ido a su territorio. Al confirmarse que Steven Joel
Sotloff ha sido degollado, el presidente de los Estados Bandidos de
América ha hecho unas declaraciones belicistas, como todas las de este
vergonzoso premio Nobel de la Paz de 2009, para eterna vergüenza del
Comité Nobel que los concede: “Ha sido un horrendo acto de violencia que
no quedará impune. Debemos organizarnos para acabar con este cáncer.
Seremos implacables”, ha anunciado el Hitler del siglo XXI.
Esto lo dice el presidente de una nación en la que todos los estados
federados admiten la pena de muerte para los delitos federales. Para
los estatales la pena de muerte está vigente ahora en 32 estados. La
jurisdicción militar contempla la pena de muerte para los que ella
considera delitos.
En los últimos años se abandonaron los tradicionales métodos de
matar a los condenados en la horca, la silla eléctrica o la cámara de
gas. Han sido sustituidos por una inyección letal, compuesta de bromuro
de pancuronio y cloruro de potasio, aplicada después de procurar al reo
pentotal sódico como anestésico.
Un espectáculo para gringos blancos
Las ejecuciones son públicas en ese cristiano país. Cualquier
persona (¿pero se le puede llamar persona?) tiene la posibilidad de
solicitar una invitación para presenciar el espectáculo, a través del
cristal, desde una sala vecina a la de ejecución. Los invitados, todos
blancos, naturalmente, a contemplar la ejecución de Clayton Lockett, un
negro, naturalmente, el pasado día 29 de abril en la penitenciaría de
McAlester, en Oklahoma, debieron de regocijarse mucho al observar las
convulsiones con las que se estuvo retorciendo durante 43 minutos antes
de fallecer.
Según explicó el alcaide, el motivo de la tardanza en surtir sus
mortíferos efectos la inyección, fue debido a la modificación del
producto farmacéutico ordinario de la inyección letal por uno nuevo,
midazolam, todavía en fase experimental, para estudiar sus resultados.
Que consistieron en 43 minutos de agonía terrible entre espasmos
horrorosos. Y dicen que los Estados Bandidos de América son una nación
cristiana cumplidora de la ley de su dios, la más civilizada del
planeta, la más avanzada en la defensa de los derechos humanos. De los
ciudadanos blancos, tal vez.
Declaro que estoy en contra de la pena de muerte en cualquier
circunstancia y por cualquier método para cualquier delito. Pero me
repugna que el presidente de una nación en la que se mata lentamente a
condenados martirizándolos, denuncie a otro Estado en que se ejecuta a
los reos rápidamente. Protesto contra los asesinatos de Sotloff y de
Lockett, los dos son hechos inhumanos, pero Sotloff murió en un segundo,
y Lockett en 43 minutos. El procedimiento islamista es muchísimo menos
cruel que el cristiano.
El corredor de la muerte
Eso sin contar el tiempo que los condenados pasan en el corredor de
la muerte, en espera del cumplimiento de la sentencia. Quizá el nombre
de Caryl Chessman no signifique nada actualmente para muchas personas.
Pasó doce años en el corredor de la muerte de la Prisión Estatal de San
Quentin, en California, acusado de cometer un delito que él negaba. En
ese tiempo se licenció en Derecho, para autodefenderse, y publicó cuatro
libros contra la pena de muerte, de los que conservo uno que es
aterrador. Por ese motivo su caso fue conocido internacionalmente, y
muchas personas solicitaron clemencia para él. Todo resultó inútil. El 2
de mayo de 1960 fue ajusticiado, si se puede llamar justicia a ese acto
criminal. Estuvo esperándolo durante doce años. El Estado Islámico es
más rápido.
Los medios de comunicación españoles, que atraviesan por un momento
de déficit generalizado, han clamado al cielo, o mejor al infierno, para
condenar la ejecución practicada en el Estado Islámico. En cambio, les
resulta plausible que en los Estados Bandidos se mantenga a los reos
durante años en el corredor de la muerte, y después se experimenten
procedimientos para quitarles la vida muy poco a poco, mientras unos
orondos ciudadanos contemplan el espectáculo, como si estuvieran en una
sala de proyecciones cinematográficas, con la diferencia de que las
ejecuciones son gratuitas.
La CIA dispone de mucho dinero para sus actividades, todas ellas
ilícitas, practicables en cualquier lugar del mundo. Todo se compra y
todo se vende. Hasta la opinión pública.
El negocio de la guerra
Los presidentes gringos han tratado siempre como colonias a los
restantes países del mundo entero, y se consideran con derecho a
utilizar sus fuerzas armadas en cualquier lugar. Lo ha recordado el
genocida Obama en Estonia, adonde ha ido para atizar más la guerra fría,
a ver si la convierte en caliente. Por desgracia, desde la desaparición
de la Unión Soviética nadie se atreve a parar las actividades
delictivas de los Estados Bandidos.
Destruyeron Vietnam asesinando a su población, para nada, porque
debieron escapar de allí a toda prisa. Han destruido Irak y Libia,
causando miles de muertos, para nada, porque los regímenes políticos que
han pretendido imponer con sus marionetas son rechazados por el pueblo.
Lo mismo pasa en Afganistán, en donde además hemos podido ver escenas
de un salvajismo inhumano, protagonizadas por soldados gringos, que
torturaban a los prisioneros y orinaban sobre ellos.
El negocio del armamento militar es muy rentable. En Estonia el
belicista premio Nobel de la Paz de 2009 ha reclamado a los países
pertenecientes a la Organización Terrorista del Atlántico Norte (OTAN)
que aporten más dinero para renovar su armamento, el que deben comprar a
los fabricantes gringos, naturalmente, con el fin de proteger mejor al
Imperio.
En España, mucha ruina y mucha fruta
Apuesto que el Gobierno del marciano Rajoy lo dará, pese a mantener
al reino en ruinas. El Ministerio de Defensa acumula un déficit de
27.000 millones de euros, gracias a la disparatada gestión de la
sociatonta Carme Chacón, La Niña de la OTAN, La Hiena de Libia, la que
entregó Rota a la OTAN para que la convierta en una base de misiles
nucleares, la que compró armamento a crédito a los fabricantes gringos, y
ahora hay que pagarlo, porque es forzoso obedecer las órdenes del
emperador.
Todo sea por los desfiles de la Victoria que se suceden desde 1939,
presididos por el rey católico nuestro señor, más orgulloso de sus
fuerzas armadas que de la economía nazional.
Otra de las desventuras que nos proporciona estar instalados en la
OTAN, gracias al referéndum organizado por el padrino de la mafia
sociata González, es haber perdido las exportaciones agrícolas y
ganaderas a Rusia. El marciano que nos desgobierna no pensó que si la
OTAN adoptaba sanciones contra Rusia, debía esperarse una respuesta
semejante por parte del sancionado. Este 3 de setiembre ha sido causa de
general regocijo contemplar a Isabel García, ministra de Agricultura,
comiendo una fruta con gesto pícaro, algo así como el que debió de
adoptar Eva para incitar a Adán a compartir la suya (que no era una
manzana). Con ese estúpido gesto la impopular ministra nos anima a comer
mucha fruta, verdura, huevos y carne, para compensar la falta de
exportaciones a Rusia.
¿No sería más rentable salir de esa organización terrorista,
librarnos del colonialismo gringo, y recuperar la independencia, para
exportar nuestros productos en libertad, y comernos los reservados para
el mercado interior sin que nos sepan mal?
ejecuciones USA
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