La muerte de Julián Grimau
Este año se ha cumplido el medio siglo
del juicio y muerte por fusilamiento de Julián Grimau.
DATOS
Había nacido en 1911. Licenciado en
Derecho. Fue comisario de policía de Barcelona. Después de una
estancia en Galicia trabajando en editoriales llegó a Madrid donde
se afilió al Partido Republicano Federal. Al empezar la Guerra Civil
este partido le propone para el ingreso en los servicios de Seguridad
del Estado. Entonces opositó al Cuerpo General de Policía,
quedando adscrito a la Brigada de Investigación Criminal en
la que continuaría hasta el final de la contienda. En octubre de
1936 ingresa en el PCE, donde permanecerá hasta el fin de sus días,
llegando a ser miembro del Comité Central.
Al final de la guerra marchó al
exilio, República Dominicana y Cuba en principio. Su familia, salvo
su padre, se quedó en Madrid. Fue donde murieron su esposa y su hijo por
las penalidades que sobrevinieron a su familia. Él volvió a Europa
y en 1957 su actividad le llevó clandestinamente a España, en
Barcelona.en agosto de 1961 está en Praga y después regresa a París
donde años antes contrajo matrimonio con su esposa Angelita. Tenía
dos hijas de ese matrimonio.
MILITANCIA Y DETENCIÓN EN ESPAÑA
En España organiza el Partido, anima a
los militantes, imparte consignas, acude a las reuniones del Partido,
mantiene contactos con otros representantes de la oposición. Inculca
y explica la nueva línea del Partido, la Reconciliación Nacional,
consiguiendo que la acaten los más remisos.
Fue detenido el 7 de noviembre de 1962
en Madrid en la Plaza Manuel Becerra, hoy Plaza de Roma. Había
quedado con un militante, Lara, al que encontró muy nervioso, le
ofreció un cigarrillo rubio que se lo fumó ansiosamente, pese a que sólo
fumaba negro. Después esto le hizo sospechar que ese es el que le había delatado.
Montó en un autobús para ir a Cuatro Caminos, donde iban únicamente
dos hombres. El autobús no paró hasta Reina Victoria, donde los dos
pasajeros, eran policías de la BPS, le detuvieron, le metieron en un
garaje y allí fue a buscarle un coche de policía. Y de allí a la
Dirección General de Seguridad (DGS), actual sede del Gobierno de la
Comunidad de Madrid.
Ese día apareció caído desde una
ventana en la parte trasera del edificio en el Callejón de San
Ricardo, con las manos esposadas delante. Como lo vio la gente, se
tuvo que hacer público en los periódicos, concretamente en “PUEBLO”
(4 de diciembre de 1962). En las notas oficiales se decía que él se
había arrojado por una ventana, a escasa altura, de la DGS.
Su abogado civil, Amandino Rodríguez
Armada, se ha preocupado de averiguar los datos físicos de la
habitación:
Longitud del despacho … … 3,90
metros
Anchura … … … … … … 3,60
metros
Altura de la ventana … … …1,40
metros
Anchura de la ventana … … 1,30
metros
La ventana tenía dos hojas de 0,65
metros cada una, y estaba cerrada con falleba. La ventana estaba
respecto de la calle a 6 metros.
Grimau medía 1,80 metros. Era bastante
alto como se puede apreciar en la foto con su mujer. ¿Como se
explica el hecho de que Grimau acertase con el hueco preciso en un
espacio reducido?
Diario PUEBLO de 4-XII-1962. Pulsa sobre la imagen para visualizarla en grande |
En el hospital de Yeserías se le
encontró roto el frontal (se le tuvieron que extraer varios fragmentos)
y fractura de colles (fractura distal del radio) en los dos brazos. Tenía rozaduras de
las esposas en las muñecas y el forense “...insiste en que no
presenta el lesionado esquimosis ni arañazos, salvo la propia del
choque con algún objeto duro...”. Si es así ¿cómo no
tenía arañazos por los cristales de la ventana?
HOSPITALIZACIÓN
Su abogado civil
tuvo bastantes problemas para poder entrevistarse con él en el hospital de Yeserías. Creo que
al cuarto intento y siendo acompañado de un notario para que
levantara acta del hecho, pudo por fin entrevistarse con él.
Abrieron contra
él un proceso por tentativa de suicidio. Todas los recursos y quejas
de su abogado civil fueron automáticamente rechazados.
Como el hecho de
la defenestración se tuvo que hacer pública, se empezó a conocer
internacionalmente. Empezaron a producirse manifestaciones, sobre
todo en Londres, París y Roma. Además se interesaron por el caso
personalidades internacionales, lo que incomodó al régimen
franquista.
A primeros de
diciembre de 1963 la Comisión internacional de Juristas publicó un
informe demostrando que España no era un Estado de Derecho.
Calificaba al régimen de estado “totalitario” sin excusas ni
paliativos.
El informe
molestó mucho al gobierno español. España había solicitado en
febrero anterior su integración plena en la Comunidad Económica
Europea (CEE). En vista de ello el Ministro de Información y
Turismo, Manuel Fraga Iribarne, el 6 de diciembre intentó explicar
las “falsedades” del informe. Habló de conjuras de sectores
comunistas y filocomunistas, y algunos otros sectores. Aludió luego
a Grimau y Marcos Ana y les llamó asesinos. Dijo textualmente de Grimau:
“dentro de unos días daremos un dossier espeluznante de crímenes y atrocidades cometidas personalmente por este caballerete”
Un periodista
anglosajón le dijo a J. A, Novais a la salida:
“Novais, en un Estado de Derecho, un ministro no llama criminal a nadie si antes un juez no ha dictado sentencia”
PRISIÓN EN
CARABANCHEL
A mediados de
febrero de 1963, Julián Grimau había mejorado de forma ostensible
de sus lesiones, por lo que fue trasladado a la prisión provincial
de Carabanchel. A estas alturas, la jurisdicción militar tramitaba
el correspondiente sumario.
El 20 de enero
de 1963 apareció en el diario del régimen “ARRIBA”, dirigido
por Sabino Alonso Fueyo, un artículo editorial titulado “GRIMAU Y
SUS CRÍMENES”. En el que se le acusaba de toda clase de crímenes
durante la Guerra Civil. Se solicitó acto de conciliación y fue
rechazado una y otra vez, y como el anterior proceso por suicidio se
extinguió por el fusilamiento de Grimau.
Manuel Fraga Iribarne Ministro de Información y Turismo |
En los primeros
meses de 1963 se redobló la frecuencia de los procesos con consejo de guerra
contra los antifranquistas. Estaba en proyecto una ley creando el
Tribunal de Orden Público (TOP) que sustituiría a los tribunales
militares en estos casos, pero Franco dio la orden de congelar su
presentación hasta que un consejo de guerra no hubiera juzgado y
dictado sentencia en el caso de Julián Grimau. Si hubiera
existido el TOP, para estos delitos la pena hubiera sido de cárcel. De
hecho a la semana siguiente de la ejecución de Grimau se llevó la ley a
las Cortes franquistas.
Se estuvo
negando por Fraga hasta el día 16 de abril que el consejo de guerra
fuera inminente. Ese día se convocó el consejo de guerra sumarísimo
para el día 18 de abril.
CONSEJO DE GUERRA
El tribunal
militar sólo tenía que tener obligatoriamente un licenciado en
Derecho, el ponente cuya misión es asesorar legalmente al presidente
y al resto del consejo. En éste y otros muchos casos fue el
comandante Manuel Fernández Martín.
Este hombre no
era licenciado en Derecho. En la universidad cursó el primer año y
sólo tenía aprobada una asignatura. Al estallar la guerra, pasó a
la zona franquista. Allí hizo una declaración jurada, afirmando que
era licenciado en Derecho y que su título se encontraba en Madrid en
zona republicana. Por lo tanto se le dio directamente el título.
Ingresó en el Cuerpo Jurídico Militar donde llegó a comandante, y
actuó en centenares de consejos de guerra. Poco después del juicio
de Grimau, el ejército descubrió la superchería y fue expulsado
del ejercito y condenado a 18 meses de cárcel, que cumplió en
Alcalá de Henares.
Lo curioso es
que el hecho se considera un defecto de forma y no invalida las
sentencias de los consejos de guerra. La razón es que quien da la
firmeza a las sentencias era el capitán general de la zona, en este
caso García Valiño, que oía a su auditor jurídico. A partir de
ese momento la sentencia era legal para el régimen.
En el consejo de
guerra el defensor tenía que ser un militar. En este caso fue el
capitán abogado Alejandro Rebollo. Posteriormente, a este militar,
se le hizo la vida imposible en el ejército y hubo de abandonarlo,
dedicándose a la abogacía y a la política con Adolfo Suárez.
En principio se
le juzgaba por los crímenes que anunció Fraga y por rebelión
militar continuada.
El folleto
publicado por Fraga, una de las bases más fuertes de la acusación
tenía una gran cantidad de testimonios de he oído, me han dicho. El
más contundente de los testimonios era un libro escrito por el
abogado don Gabriel Avilés, al terminar la guerra, donde contaba sus
defensas ante los Tribunales de Barcelona durante la guerra. En ese
libro decía en un párrafo:
“Siempre y en todos los juicios de significación política aparecía como acusador el esbirro de la Brigada de Investigación Criminal Julian Grimau García, joven, pequeñito, de mirada inteligente”.
Julián Grimau
en aquella época era joven y podía tener la mirada inteligente,
pero medía 1,80 metros y era bastante delgado, lo que evidentemente
no se podía decir que fuera pequeñito.
Con respecto a
la rebelión militar continuada, se basa en que el bando franquista
consideraba que los que no se habían sublevado con ellos, habían
incurrido en delito de rebelión, y como no se habían rendido esa
rebelión eras continuada.
Cuando se
produjo el “delito” de rebelión del que se le acusaba ese delito
prescribía a los 20 años, por lo tanto un Estado de Derecho no
aplica retroactivamente las nuevas leyes. Este argumento y el hecho
de que Julián Grimau no figurara en la “Causa General” y que al
terminar la guerra ninguna denuncia ni ningún sumario se había
abierto sobre él.
El consejo de
guerra duró apenas cinco horas, y después de la deliberación el
consejo de guerra condenó a Grimau a la pena de muerte, solamente,
por el delito de rebelión militar continuado, no consideró
probados los malos tratos y torturas. Esa misma tarde el capitán
general García Valiño confirmó la sentencia.
Se produjeron
manifestaciones muy violentas en París en la plaza de l'Alma frente
a la embajada española. También se produjeron manifestaciones de
protesta en Londres, Estocolmo y Roma.
Empezaron a
producirse peticiones de clemencia por parte de políticos premios
Nobel de la Paz y de personalidades religiosas de numerosos países.
Incluso el dirigente soviético Nikita Kruschef dirigió un telegrama
a Franco pidiendo clemencia.
Todo estaba en la decisión del Consejo de Ministros del día 19. El lema del régimen era “mantener el principio de la autoridad”.
Al final como se
esperaba se confirmó la sentencia. Parece que hubo una cierta
resistencia por parte del ministro de AAEE Castiella, porque dijo, y
tuvo razón en el futuro, que la ejecución iba a retrasar los contactos
españoles con el exterior en seis años. Franco pidió votación y se
decidió confirmar la pena de muerte por unanimidad.
Hubo entonces numerosas
solicitudes de petición del derecho de gracia a Franco. La reina de
Inglaterra, Harold Wilson, Sartre, los arzobispos de Santiago de Cuba ,
de Lyon y de París. El cardenal Montini, arzobispo de Milán y futuro
Pablo VI, también pidió a franco clemencia. Se contactó con el primado
español Pla y Deniel, que prometió hacer todo lo posible. Y de madrugada
se contactó con el Vaticano, pero Juan XXIII estaba
descansando, indicándose que cuando despertara haría gestiones.
Se puede consultar la página de ABC del 28 de abril con los telegramas Kruschef-Franco en: http://hemeroteca.abc.es/detalle.stm
No hubo
clemencia.
En la referencia
de Fraga después del consejo de ministros declaró:
“Dados los crímenes cometidos por Grimau, no hay que esperar que el derecho de gracia se ejerza en su favor”
FUSILAMIENTO
En
la madrugada del 20 de abril Grimau fue trasladado al campo de tiro
de Carabanchel donde debía ejecutarse el fusilamiento. En
principio, correspondía a la Guardia Civil formar el pelotón, pero
sus mandos se negaron a hacerlo. El capitán general de Madrid rehusó
también que el pelotón fuera integrado por militares de carrera,
que era la segunda opción. Parece ser que fue el propio Franco quien
dio la orden de que los ejecutores de Grimau fueran soldados de
reemplazo, y así se hizo. Jóvenes, asustados y sin experiencia de
tiro, según los testigos, dispararon a Grimau 27 balas sin lograr
acabar con su vida. Fue el teniente que mandaba el pelotón quien
hubo de rematar a Grimau de dos tiros en la cabeza. Según confesó
años más tarde a la familia del fallecido, este acto le persiguió
durante toda su vida, hasta el punto de que acabó sus días en un
psiquiátrico. Julián Grimau fue enterrado en el cementerio civil de
Madrid.
RECUERDOS Y CONSECUENCIAS
Impactada por la muerte de Grimau, la
artista chilena Violeta Parra le dedicó versos de su canción '¿Que dirá el Santo Padre?',
publicada en el trabajo Recordando a Chile (Una Chilena en París) de
1965:
"El que oficia la muerte como un verdugo tranquilo está tomando su desayuno. Lindo se dará el trigo por los sembraos regaos con tu sangre Julián Grimau"
Violeta Parra: "¿Que dirá el Santo Padre?", dedicada a Grimau
Rafael Alberti también escribió un poema sobre la ejecución de Grimau:
Que haya un cadáver más, ¿qué importa al
mundo?
Pero el mundo se agita y se remueve.
En el mil novecientos treinta y nueve
se fusilaba sin más a tanto inmundo
protestar de masones, liberales,
comunistas, social democristianos,
escritores borrachos, italianos,
gentes de mal vivir y radicales.
Pero además, ¿qué pasa? Qué presentas?
Mundo, ¿cómo protestas, importuno?
¿Tanta importancia tiene a fin de cuentas,
que sean un millón o un millón y uno
Pero el mundo se agita y se remueve.
En el mil novecientos treinta y nueve
se fusilaba sin más a tanto inmundo
protestar de masones, liberales,
comunistas, social democristianos,
escritores borrachos, italianos,
gentes de mal vivir y radicales.
Pero además, ¿qué pasa? Qué presentas?
Mundo, ¿cómo protestas, importuno?
¿Tanta importancia tiene a fin de cuentas,
que sean un millón o un millón y uno
Ese día, 20 de
abril, llegó el ministro de Hacienda francés Giscard d'Estaing para
conceder un préstamo de 450 millones de pesetas. Se negoció, pero
fríamente y se cortó la negociación. Le invitaron a un fin de
semana en Toledo para obligarle a que el lunes fuera a ver a Franco.
Le concedieron una Gran Cruz. A la semana siguiente Giscard asistió
a una recepción en el Elíseo luciendo la condecoración española.
Al verle el general De Gaulle llamó al Jefe de Protocolo y le dijo:
“Haga el favor de avisar al ministro de Hacienda que ese género de condecoraciones no son bien vistos en los salones de la residencia del Presidente de la República Francesa”
Rebollo conserva las ajadas notas de todo el proceso y el borrador de una añeja carta a Madame Campillo [la esposa de Grimau] dándole cuenta de sus últimos momentos. "Yo pasé con Julián sus últimas horas en capilla. Era muy culto y charlamos de pintura impresionista, de literatura existencialista, de la encíclica Pacem in terris de Juan XXIII... Pero, sobre todo, recuerdo que me habló mucho de reconciliación y de cerrar las heridas causadas por la guerra entre los españoles. Creo que hoy no estaría muy conforme con lo que está sucediendo y con el hecho de que se esté reabriendo el pasado", añade el abogado, al que el caso Grimau dejó marcado para siempre (abandonó el Ejército cuando después del juicio querían destinarle, con el grado de comandante a la plaza africana de Ifni).
MUNDO OBRERO APÓCRIFO
El 1 de
diciembre de 1963 apareció el número 1 de un “”Mundo Obrero”
disidente en donde se acusaba a Carrillo de haber enviado a Grimau a
España para sacrificarle y hacer de él un mártir. Lo más curioso
es que todos los periodistas acreditados en España recibieron
prácticamente al tiempo ese “Mundo Obrero”. Conociendo las
dificultades que tenía el PCE para difundir su propaganda, la buena
impresión del número y el lenguaje empleado, hizo que casi todos
los periodistas consideraran ese periódico como apócrifo y
posiblemente hubiera salido de las imprentas del ministerio de
Información.
EPÍLOGO
La mujer y las
hijas de Julián Grimau pidieron el pasaporte para volver a España,
pero mientras vivió Franco les fue negado. Hubo de esperar a después
de su muerte para tener pasaporte y venir a España.
Llegaron el 19
de septiembre de 1976 y yo estuve cuando llego, no había unas
seiscientas personas, estuvimos varios miles en la estación de
Chamartín. Transcribo aquí el primer párrafo de la noticia de la
publicación “Blanco y Negro” y la dirección dónde se puede
consultar (hemeroteca.abc.es)
“Unas seiscientas personas de todas las edades y distintas procedencias sociales, todas ellas militantes o simpatizantes del Partido Comunista Español, madrugaron el pasado domingo día 19, para recibir en la estación de Chamartín a Ángela Grimau, viuda de Julián Grimau, que llegó a la capital con el pasaporte en su bolso después de muchos años de exilio”.
REHABILITACIÓN
Tanto IU como la familia
de Julián Grimau han intentado repetidamente que se revisara la
sentencia del consejo de guerra y se le rehabilitara, pero primero AP y
después el PP se opuso rotundamente, el PSOE, puede que por temor al
ejército, no ha mostrado mucho entusiasmo y los jueces del Consejo de
Justicia Militar y los del Tribunal Supremo se han negado a reabrir el
caso.
FUENTES:
- Wikipedia.
- ¿Quién mató a JuliánGrimau? De Amandino Rodríguez Armada y José Antonio Novais. Ediciones 99, Madrid 1976.
- Recuerdos del autor.
3 comentarios:
Anónimo18 de septiembre de 2013, 10:50