viernes, 16 de noviembre de 2012

DRAMAS ANUNCIADOS

Retazos
Neoliberalismo y muerte
Una anciana y su hija discapacitada, física y psíquicamente, fueron encontradas sin vida el pasado viernes en Astorga, León.
 Llevaban cuatro días muertas en su domicilio. La investigación ha concluido que la madre, de 82 años, falleció por causas naturales, y la hija, ciega e incapacitada, por falta de los cuidados que requería su estado precario de salud. Una tremenda tragedia personal y humana que no puede dejarnos indiferentes.Un millón cien mil personas en España son dependientes, es decir, incapacitadas para los cuidados básicos diarios. De ellos, un porcentaje altísimo son ancianos que requieren de asistencia social y sanitaria domiciliaria. La Ley de Dependencia que creó Zapatero, quien consiguió que entrara en vigor en 2007, daba respuesta efectiva a un grave problema social y humano que no se puede obviar en ningún Estado de derecho. Con la llegada de la derecha al poder, se ha producido el desmantelamiento total del sistema de Dependencia, dejando a una parte importante y vulnerable de la sociedad absolutamente desprotegida. Este caso, por extremo, como otros muchos, sirve de ejemplo y constatación de que los recortes radicales a los servicios públicos que lleva a cabo el gobierno Rajoy no sólo llevan a miles de familias al drama y la desesperación, sino además a la muerte.

Otro de los dramas que está azotando la integridad de la sociedad española es el de los desahucios. El segundo trimestre del 2012 vertió un nuevo récord de desahucios de viviendas y locales dictados en los juzgados españoles, en total 47.943 entre abril y junio, lo que arroja unas cifras de 526 desalojos forzosos diarios, es decir, 526 nuevas familias españolas sin casa cada día. Las cifras son abrumadoras. Y un desahucio no es una palabra técnica más con significado poco claro, no, cada desahucio significa una gran tragedia para una familia que se verá en la calle, y en condiciones absolutamente límites y precarias.

Cada desahucio es una consecuencia directa en el plano humano de las leyes y decretos derivadas, en el plano político, de la gestión del Gobierno Aznar, que, en connivencia con las grandes constructoras, grandes propietarios de suelo (mejor no puntualizar más detalles) y la banca como aliada en la dación de hipotecas basura, inició la gran estafa de la burbuja inmobiliaria a partir del Real Decreto Ley 4/2000 del 23 de junio, y la Ley 10/2003, extensión del anterior Real Decreto, del 20 de mayo; ambas leyes supusieron la liberalización del precio del suelo y del sector inmobiliario. El negocio fue redondo para unos pocos. Las consecuencias trágicas son las que se están viviendo ahora.
Amaia Egaña se quitaba la vida arrojándose por una ventana hace pocos días cuando iba a ser desahuciada de su domicilio. Tan sólo unos días antes otro hombre en Granada se quitaba la vida en las mismas circunstancias. Van tres las muertes por suicidio ante los desahucios. Sin embargo, los datos son mucho más aterradores. Las Estadísticas indican que de los nueve suicidios diarios que se producen en España, tres de ellos son consecuencia directa de la patética situación actual, que algunos llaman crisis, y otros, gran estafa.

Los recortes en sanidad son otra implacable causa de muertes directas derivadas de los abusos políticos. Los expertos estiman que las muertes de enfermos de VIH será de entre 27 y 50 anuales, más el aumento de nuevos infectados, que calculan será de entre 40 y 70 nuevos casos al año por falta de asistencia sanitaria adecuada. Si pensamos en los pensionistas, en los enfermos crónicos y discapacitados, muchos de ellos sin medios económicos para costearse la medicación, ¿De cuántas muertes estamos hablando? ¿Y si sumamos las defunciones causadas por la escasez de personal sanitario, por la falta de equipos y material, por la demora en la atención a enfermos agudos?
Mientras tanto, los representantes de la Iglesia, contrarios, por cierto, a la protesta ciudadana, oran por las víctimas de los desahucios después de desalojar de La Almudena a familias sin techo afectadas por ellos. Y la alcaldesa de Madrid, y otros miembros del actual gobierno neoliberal, tan beatos ellos, se encomiendan a la Virgen para salir de la crisis que, por cierto, crearon los de su misma ideología y ellos están acrecentando. ¿En el peso de qué conciencias recaerán las muertes que están ocasionando los recortes y los abusos de la gestión política neoliberal?

La sociedad española no necesita rezos ni jaculatorias místicas, ni milagros de ultratumba, sino razón, democracia, y decencia y moral de sus representantes políticos. Esa moral verdadera, laica y universal que respeta los derechos y alienta la justicia y la solidaridad social y humana, tan lejana a esa moral inmoral y farisea que les lleva a los hipócritas a rezar ante los males y las miserias que ellos mismos generan o alientan. Y porque, como estamos comprobando, el neoliberalismo no sólo genera corrupción, injusticia y tiranía, también genera muerte.
Coral Bravo es doctora e

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