viernes, 11 de noviembre de 2011

11-11-11- DIA DE LA CONCIENCIA GLOBAL


Por un cambio de conciencia global. Hoy, 11-11-11

Diversos movimientos sociales, humanitarios, ecologistas, humanistas, espirituales, así como ciudadanos de todo el mundo, han dado forma, a través de las redes sociales y otros medios alternativos, a una convocatoria que se empezó a gestar el pasado verano en Argentina, y se ha ido extendiendo por México, Venezuela, Bolivia, Chile, Uruguay, Ecuador, España y otros países europeos y africanos. La convocatoria pretende, en un acto simbólico de empatía universal, unir las manos en un acto de meditación conjunta, conectar las energías de los millones de personas que anhelamos la paz, la concordia, la fraternidad, el respeto y el hermanamiento profundo de todos los seres humanos. Se trata, en realidad, de un llamamiento a una nueva conciencia global que recupere el respeto profundo a la unidad que es este planeta y a todas sus formas de vida.

Tras años de percibir que los esfuerzos de políticos decentes han sido infructuosos frente a la voracidad de las políticas neoliberales que está empobreciendo el mundo, la impotencia se ha erigido en la impulsora de movimientos ciudadanos que buscan una alternativa a los abusos del poder. Y, tras la evidencia de que los recortes que se nos pretenden imponer forman parte de un entramado grotesco que busca enriquecer a los poderosos empobreciendo hasta cotas inadmisibles a los más débiles, los ciudadanos del mundo están buscando caminos alternativos que los gobernantes, hasta el momento, han sido incapaces de ofrecer.

“El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo”, expresa un proverbio chino que ha dado nombre a un fenómeno descrito científicamente en la Teoría del Caos, y alude a la idea de que una ínfima variación en un sistema caótico determinado puede provocar un efecto revulsivo en cadena que puede hacer transformar radicalmente ese sistema. No se trata de pensamiento mágico ni supersticioso. Al contrario, se trata de ciencia, estudiada y experimentada por primera vez por el científico y matemático Edward Lorenz, y que está relacionada con la Ley universal de causa-efecto que envuelve a todos los ámbitos de la vida. Este principio implica que un pequeño cambio positivo puede generar resultados grandiosos. La antropóloga estadounidense Margaret Mead lo expresaba a la perfección cuando afirmaba que “nunca hay que poner en duda que un grupo de personas despiertas y solidarias pueden cambiar las cosas, de hecho, siempre ha sido así”.

El infierno en el mundo actual es la miseria y la explotación que se sigue viviendo en muchas partes del mundo. El demonio en el mundo actual es el neoliberalismo, esa derecha mal llamada liberal que desprecia a las personas e idolatra el dinero. Es la repugnante explotación de la infancia que se pertrecha aún en muchos lugares del planeta; es la enorme contradicción que supone que, habiendo riqueza para todos, dos partes de la población del mundo estén en peligro de muerte por hambre, enfermedad o miseria. Es cualquier ideario intolerante y excluyente que considere enemigo al que no se adhiera a sus dogmas. Es cualquier idea totalitaria que no acepte a todos los seres humanos como merecedores de los mismos derechos y del mismo respeto

El cielo al que aspiramos millones de personas es un mundo en el que queden atrás absurdas exclusiones en virtud de razas, credos liberticidas o clasismos y elitismos que no tienen cabida en una conciencia global culta, solidaria y avanzada que queremos la mayoría. Ese cielo al que aspiramos tiene que ver con una ética global y universal que desplace a cualquier religión o dogmatismo intolerante, con el respeto a la naturaleza y a los animales, con el hermanamiento de todos los seres humanos, con la paz consecuencia de sabernos todos iguales. Y tiene que ver con la conciencia de que el cosmos es una gran unidad de la que todos formamos parte, y que un bosque, o un río, o un lobo merecen un profundo respeto en cuanto que son también partícipes de un equilibrio natural exquisito que los humanos no hemos dejado, en nuestra codicia e ignorancia, de resquebrajar.

Hoy, día 11-11-11, los ciudadanos del mundo que lo quieran podrán formar parte de la convocatoria “Unidos por la paz mundial y por un cambio global. Todos somos uno”, que en forma de cadenas humanas, actos simbólicos, izadas de banderas con símbolos por la paz, o meras meditaciones personales, pretenderá crear ese efecto mariposa, a partir de la energía de todos los seres humanos solidarios, por trascender la crisis en la que nos han metido, y poder construir, entre todos los hombres y mujeres de bien, un mundo mejor. Ignoro el seguimiento que habrá en España, ignoro los efectos a corto o a largo plazo de este acto simbólico de hermanamiento y de búsqueda de nuevos paradigmas, pero, sin dudarlo un momento, me solidarizo del todo con él, porque sé a ciencia cierta que el sólo hecho de situar nuestra conciencia en unas determinadas coordenadas es el primer paso para que algún día puedan llegar a ser realidad.

Coral Bravo es Doctora en Filología

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