PLAZA DE BAENA
Plaza de Baena
en ti quedan los recuerdos
de sales cristalinas
de toda la sangre obrera.
Que al dar sus rayos el sol
Se ven relucir las perlas
Que ni el agua cuando llueve
podrá jamás borrar las huellas.
De aquella benemérita
de aquellos años de guerra
de aquellas muertes que hicieron
los burgueses de Baena.
Obreros que habréis perdido
a vuestros padres en la plaza
Si pasáis por el paseo
nunca cruzar la baranda.
Que al llegar el Viernes Santo
a muchos les gusta ir
para ver al Nazareno
que lo prenden allí
Si miraran para el suelo
aun se verían las sombras
De los hombres que murieron
Tendidos en aquellas losas
Y escucharían la voz
para solo preguntarles
¿no conoces esta sombra?
¿no te acuerdas de tu padre?
o porque haga ya años
de que perdimos la vida
no queréis recordaros
de la sangre que hay vertida
en el suelo que pisáis
en esta plaza maldita
que ni sembrada de cruces
hay derecho a bendecidla.
Y entonces abochornado
te saldrías del paseo
y nunca mas entrarías
ni a misiones ni a recreos.
Ni a nada que se celebre
delante de aquel casino
donde se ocultan los traidores
Temerosos del castigo.
Porque saben que algún día
Lograremos la venganza
de nuestros padres y hermanos
que perdimos en la plaza
Por culpa de los que hoy
se tienen por ser cristianos
siendo ellos muchos menos
y nos tienen dominados.
Y todos viven contentos
Porque nadie descubrimos
nuestros propios sentimientos
si abriéramos todos los ojos
le cambiaríamos de nombre
le llamaríamos el valle
de lagrimas de los hombres.
La plaza que fue regada
Con sangre de nuestras venas
Nunca pisare yo en ti
¡adiós! plaza de Baena.
MANUEL CASTRO NAVARRO
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