jueves, 28 de abril de 2011

ABUSOS DEL CURA KARADINA EN CHILE, ESCÁNDALO MONUMENTAL

Karadima: Las claves del expediente canónico que incautó la jueza

Claudio Leiva Cortés

La ministra en visita Jéssica González tiene en su poder una pieza clave del caso que ha convulsionado al mundo católico chileno. En el proceso vaticano testificaron víctimas anónimas que habrían sufrido abusos después del 2005, es decir, estos delitos no estarían prescritos.

Viernes 15 de abril de 2011 | País
Karadima: Las claves del expediente canónico que incautó la jueza
Al asumir el caso Karadima, la ministra en visita Jéssica González anunció que investigará con celeridad y lo está cumpliendo.
UPI

El lunes 21 de marzo pasado, cuando la Corte Suprema la nombró ministra en visita en el caso Karadima, la magistrada Jéssica González anunció que investigará con celeridad. Por lo mismo, no estaba dispuesta a esperar meses, incluso años, a que el Vaticano se decidiera a enviarle el expediente del juicio canónico contra el ex párroco de la iglesia de El Bosque. Eso, en caso de que la Santa Sede acogiera su exhorto.

Este jueves, la ministra González tomó un atajo y, en uso de sus atribuciones como jueza del crimen, ordenó el allanamiento de la oficina del abogado Juan Pablo Bulnes, representante de Fernando Karadima en el juicio vaticano que lo declaró culpable de abuso sexual a menores. La magistrada incautó el expediente y la apelación del religioso en la que insiste en su inocencia.

Ahora la ministra tiene en su poder una pieza clave de este caso que ha convulsionado a la iglesia católica chilena. La idea de la jueza es verificar si el expediente vaticano menciona delitos cometidos por Karadima después del año 2005 y que, por ende, no están prescritos. En el proceso canónico testificaron víctimas anónimas que habrían sufrido abusos después de esa fecha.

OTRAS DOS VÍCTIMAS IDENTIFICADAS

También hay otras dos víctimas identificadas, pero que son distintas a los cuatro denunciantes originales, James Hamilton, Fernando Battle, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz. Se trata de dos miembros de distinguidas familias del barrio alto capitalino que acudían a la parroquia de El Bosque, de Las Condes, donde conocieron a Karadima, y que declararon en el juicio canónico con la condición de que no se difundieran sus nombres.

Para mantener un bajo perfil, estas dos víctimas se restaron de los procesos judiciales ordinarios que se siguen en Chile en contra de Karadima y sólo declararon en el proceso de la Santa Sede. Sus testimonios fueron recogidos personalmente por el cardenal Francisco Javier Errázuriz cuando el purpurado era arzobispo de Santiago, en 2010. Estas declaraciones aún desconocidas fueron fundamentales para la condena vaticana que recibió Karadima el 16 de enero pasado.

La sentencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ente colegiado que investigó a Karadima, establece que el ex párroco cometió abuso de menor en la persona de estas dos víctimas aún desconocidas. En cambio, Hamilton, Battle y Murillo fueron abusados siendo adultos, según señala el fallo. Por su parte, Cruz fue víctima de uso impropio del ministerio de la confesión y de la dirección espiritual. Es decir, Karadima reveló secretos de Cruz en una carta enviada a la grey de la parroquia.

Hasta el momento, sólo ha trascendido el testimonio de una de estas dos víctimas desconocidas. Se trata de un profesional que actualmente tiene 40 años y que, según relató en el proceso canónico, fue abusado a fines de los años 80, cuando aún cursaba la enseñanza media. Esta persona prestó declaración en 2010 al promotor de justicia nombrado por el Arzobispado de Santiago, Fermín Donoso.

En su testimonio, esta víctima afirma que fue cautivado por el discurso de Karadima y que lo aceptó como guía espiritual. Sin embargo, después de asistir a algunas reuniones en la parroquia, el sacerdote comenzó a acosarlo y a realizarle actos impropios como manosearle los genitales. Sin embargo, lo peor para esta persona fue el acoso sicológico de Karadima para que se metiera a cura o, de lo contrario, se iría al infierno.

VÍCTIMAS ANÓNIMAS DE KARADIMA

Pero lo más grave que encontrará la ministra Jéssica González en el fallo del Vaticano es la constancia de que el cardenal Errázuriz recibió el testimonio de otras seis víctimas que no fueron identificadas y que habrían sido abusadas después de 2005. También pertenecerían a familias de la elite santiaguina.

Algunas de estas declaraciones anónimas, no todas, fueron incorporadas al proceso canónico y se tomaron en cuenta en el fallo contra Karadima. Se desconocen los efectos judiciales que podrían tener estas omisiones de Errázuriz, pero los denunciantes originales lo acusan de complicidad en el ocultamiento de los hechos.

No hay comentarios: