lunes, 21 de febrero de 2011

HE TENIDO UN SUEÑO

par Francisco Quijorna, lundi 21 février 2011, 17:43

Hace unos días, justo antes de dormirme, me enteré de que Jorgito Bush, o Bush junior, había tenido que cancelar su participación en un acto pro-israelí en Suiza. ¡El angelito corría el riesgo de ser enjuiciado por torturas!

Tal vez por la euforia que me produjo esa noticia, esa noche tuve el sueño más bello de toda mi vida.

No había fronteras ni discriminaciones en todo el planeta. El racismo y la xenofobia eran sólo malos recuerdos del pasado.

Occidente había reconocido su responsabilidad por los genocidios y las guerras de rapiña que había perpetrado contra los países empobrecidos en nombre de la “civilización” y la “democracia”. Ahora, en vez de sacar pecho “echándoles una mano”, les había quitado las manos de encima y tenía que indemnizarlos, así fuera sólo La ONU era una organización democrática: se habían abolido las prebendas de los más poderosos, en particular el derecho a veto, y los Estados Unidos habían pedido perdón al mundo por la utilización abusiva que de él habían hecho durante más de 60 años. Estaban aplicándose todas las Resoluciones de la Asamblea General, y no sólo las que le convenían al enriquecido Occidente.

Los países de la OTAN y sus cómplices en la agresión y destrucción de Irak estaban participando en su reconstrucción, pero no a costa de más privaciones para los iraquíes sino con las enormes ganancias que habían obtenido los fabricantes de armas gracias al asesinato de cientos de miles de personas.

Por fin había JUSTICIA: Blair, Berlusconi y Aznar estaban en el banquillo, acusados de crímenes de guerra. Bush, Sharón, Uribe, Kissinger y otros criminales notorios ya estaban pagando condena por crímenes de lesa humanidad.

Por la Shoah estaban pagando los culpables, y no un pueblo inocente: se había devuelto la tierra a los Palestinos, y Netanyahu era capataz en una brigada encargada de reconstruir sus casas...

Los medios de comunicación ya no eran los instrumentos de la plutocracia que se autodenominaba democracia. Ya no repetían como loros las idioteces de los gurús de la econ Sin embargo, al despertar y encender la radio volví de golpe a la pesadilla cotidiana. Tsahal acababa de asesinar a varias personas en un hospital de Gaza, “porque allí se escondían unos peligrosos terroristas”. La aviación de la OTAN había lanzado “por error” otra de sus bombas sobre el hogar afgano que festejaba un matrimonio. Estados Unidos había vetado por enésima vez una Resolución del Consejo de Seguridad. El primer ministro del Reino Unido anunciaba que “no podía” impedir que los bancos pagaran primas multimillonarias a sus ejecutivos. Estados Unidos (el único país que ha perpetrado un holocausto nuclear, ¡y en 2 ocasiones!), junto con los otros detentores de arsenales nucleares, seguían vociferando contra la “amenaza nuclear” iraní. Dos miembros del gobierno francés seguían haciendo malabarismos para esconder su relación con dos tiranos que acababan de caer...omía, que nunca habían podido prever absolutamente NADA.

Solo era un sueño

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