martes, 16 de noviembre de 2010

MUTILACIÓN FEMENINA

La ablación sólo busca el control de las mujeres"

Emma Bonino, vicepresidenta del Senado italiano. Lleva una década trabajando contra la mutilación genital femenina en el continente africano

DANIEL AYLLÓN MADRID 16/11/2010 08:30



Emma Bonino, que ocupa la Vicepresidencia del Senado italiano desde 2008, el pasado sábado en Madrid.reyes sedano

Emma Bonino, que ocupa la Vicepresidencia del Senado italiano desde 2008, el pasado sábado en Madrid.reyes sedano

Enérgica y menuda de estatura, la vicepresidenta del Senado italiano, Emma Bonino (Bra, Italia, 1948) no ha dejado de lado su lucha por los derechos humanos internacionales, a pesar del cargo nacional que ocupa desde 2008. Bonino arranca con una de sus luchas: la campaña contra la mutilación genital femenina, en la que lleva embarcada una década.

¿Cómo puede afectar la falta de recursos de países como Mali en la erradicación de la ablación?

En los últimos diez años, el comité interafricano se ha propuesto la creación de leyes nacionales de prohibición y sensibilización de la opinión pública. Y está logrando un resultado importante. De los 28 países en los que se practica, se ha conseguido que 19 aprueben leyes de prohibición. En Mali, el debate público y el parlamento son muy abiertos, pero el Gobierno está cerrado.

"En 19 de los 28 países donde se practica, hay leyes para prohibirla"

¿Qué plazos se pueden marcar para la erradicación de la mutilación?

De momento, se están consiguiendo grandes avances institucionales. Además de la campaña internacional de apoyo a las mujeres africanas, estamos luchando por una resolución de Naciones Unidas contra la mutilación genital femenina. Esperamos que llegue, como tarde, el año que viene.

¿El debate sobre la ablación ha dejado de ser un tabú en África?

Ahora ya se habla sobre la mutilación. Las mujeres empiezan a ser más explícitas y a conectar estas prácticas con las consecuencias sanitarias, las infecciones y la mortalidad materna. Al desaparecer el tabú, se está descubriendo que no sólo se practica en África y Yemen, como se creía, sino también en otros países. Es una práctica que sólo busca el control de la mujer, mediante un rito ancestral y patriarcal.

¿Con qué otros instrumentos se puede concienciar a la sociedad?

No está en nuestras manos ir a los pueblos. Es mucho más efectivo si lo hacen las activistas locales, pueblo por pueblo. Además, hay herramientas. Por ejemplo: la mayoría de los países pobres tiene emisoras de radio y así se puede llegar hasta ellas.

¿La ablación está vinculada con la pobreza?

Cortar o no cortar no tiene que ver con la pobreza. La mayor concentración de mutilaciones se encuentra en grandes ciudades. En muchos países es la clase media la que la practica. Pensar que la mutilación es un resultado sólo de la pobreza o de los pueblos perdidos es un estereotipo.

¿Qué barreras está encontrando su campaña?

Hay diez países que todavía no tienen leyes que la prohíban y la resolución de Naciones Unidas puede ser un empuje. Los embajadores en Nueva York suelen ser más conservadores que muchos alcaldes de ciudades africanas. Los derechos humanos no son una preferencia para los países africanos en Naciones Unidas. En todas las diplomacias, la política exterior seria habla de conflictos. Los derechos humanos no se consideran una política exterior seria.

En algunos de estos estados, la mujer ha ganado mucho peso en los parlamentos.

En el mundo africano y árabe, ha habido un crecimiento de la mujer en todos los campos. Es uno de los cambios más fuertes que he conocido en África.

Y, mientras tanto, Europa recorta sus políticas de derechos humanos.

Sí. No sólo estamos pasando una situación de crisis económica o social. Es también una crisis del gran proyecto europeo, un regreso al nacionalismo. No solamente hay populismo, sino también un discurso que va en contra la inmigración y antiislam. La izquierda, además, dejó el campo libre a las políticas racistas porque pensó que era demasiado complicado hablar de inmigración y de integración.


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