martes, 25 de mayo de 2010

CONTRA LA ABLACIÓN GENITAL FEMENINA

Una mujer de Costa de Marfil, con una cuchilla. - AFP

Una mujer de Costa de Marfil, con una cuchilla. - AFP

El Gobierno ampliará la persecución de la ablación genital femenina a toda España. Aunque el Código Penal sanciona esta práctica con penas de entre seis y 12 años de cárcel, sólo la Generalitat de Catalunya cuenta con un programa especial para combatirlo, que inició en 2004. Para extenderlo al resto del país y disponer recursos, el Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados está trabajando en una Proposición No de Ley que prevé presentar antes de fin de año.

No hay constancia de que se practique la ablación en España. Pero sí que hay detectadas familias de riesgo. El programa, como en el caso catalán, consistiría en crear un censo para detectar a esas mujeres en riesgo y en controlarlas con médicos, jueces, policías y educadores sociales.

Las nacionalidades con más mutiladas en España son Senegal y Gambia

El padrón del Instituto Nacional de Estadística superó por primera vez el 1 de enero de 2010 las 50.000 mujeres registradas procedentes de países en los que se practica la ablación. En Catalunya, hay más de 16.000, de las cuales 6.000 son menores de edad. Las nacionalidades con más mujeres mutiladas residentes en España son las de Senegal y Gambia. La migración procedente de estos países es mayoritariamente masculina (85% y 83%, respectivamente), aunque la colonia femenina ha ganado peso en el último lustro. "Pero venir de un país donde se mutila no significa pertenecer al colectivo de riesgo. Generalizarlo sería una barbaridad. Por ejemplo, los wollof, la etnia mayoritaria en Senegal, apenas la practican", explica Oriol Amorós, secretario para la Inmigración de la Generalitat de Catalunya.

El protocolo catalán censa y vigila desde 2004 a las mujeres que considera "en riesgo". La alternativa de las familias para esquivar la vigilancia policial y poder mutilar a las chicas es viajar a sus países de origen. Generalmente, aprovechan las vacaciones o los retornos temporales.

Retirada del pasaporte

En cinco años, los Mossos recibieron 300 alertas de riesgo de ablación

En los casos con indicios de riesgo más extremos (negativa de los padres a tratar el tema, viajes repentinos sin vacunas...), los Mossos d'Esquadra retiran los pasaportes para evitar el desplazamiento. Cuando sí se permite el viaje, los servicios médicos catalanes realizan revisiones médicas a las niñas de las familias sospechosas antes y después del traslado.

A nivel nacional, la lucha contra ablación "no está suficientemente reglamentada", asegura Consuelo Cruz, responsable del grupo afrosocialista de la Secretaría del Área de Movimientos Sociales del PSOE, impulsora de la iniciativa estatal. Cruz incide en hacer partícipes de la campaña a las asociaciones de mujeres africanas: "Hay que tener en cuenta el contexto cultural que tienen en sus países para conseguir erradicarlo y no imponerlo sin dialogar".

Los derechos de las niñas entran en confrontación con los rasgos culturales de las comunidades, aunque "casi el 100% de las africanas que hay en España rechazan esta práctica", asegura Cruz. Sus escasos partidarios (hombres, en su mayoría), apelan a ritos ancestrales, cultura y tradición.

Para esquivar a la policía, las familias viajan a sus países de origen

En 2009, los Mossos d'Esquadra vigilaron a 27 familias, con 55 chicas a su cargo. Fue el año que más actividad han tenido las 50 mesas de vigilancia, "porque cada vez abarcan más territorio, no porque haya aumentado mucho el riesgo", explican en el Departament d'Acció Social i Ciutadania de la Generalitat. Desde 2004, el protocolo de alerta se ha activado unas 300 veces. Cuando se detecta a una familia conflictiva, los servicios sociales informan de las consecuencias legales que tiene la ablación. "Después de conocerlo, ninguna de estas familias ha practicado mutilaciones", asegura Amorós.

Cuando las familias viajan a sus países de origen para que allí se realice la ablación, las garantías higiénicas son, en la mayoría de las ocasiones, escasas, ya que las matronas y parteras realizan la amputación en la clandestinidad. Eso da lugar a infecciones, complicaciones en el parto y incluso muertes por hemorragia. Las prácticas dependen del país de origen, pero el abanico va desde la extirpación del clítoris al zurcido de los labios vaginales para impedir prácticas sexuales.

La ablación se realiza en al menos 28 países, según el Mapa de la Mutilación Genital Femenina (MGF) en España 2009, de la Universitat Autónoma de Barcelona. Estas naciones se encuentran en el África Subsahariana y el Sudoeste Asiático. Pocas prohiben esta práctica. De hecho, en países como Egipto se trató de financiar con dinero público.

Los partidarios apelan a ritos ancestrales, cultura y tradición

En todo el mundo, Unicef calcula que hay 70 millones de mujeres con sus genitales mutilados. La Organización Mundial de la Salud aumenta esta cifra hasta los 135 millones de mujeres y niñas, con tres millones de ablaciones nuevas cada año. Las cifras han aumentado en las últimas décadas en Europa, Canadá, EstadosUnidos y Australia debido a las migraciones.

Sin razones religiosas

La ablación se practica desde hace milenios, antes incluso de que se iniciasen los cultos a Alá, por lo que no es achacable a motivos religiosos. En muchas sociedades, existe la creencia de que las mujeres no circuncidadas no pueden dar a luz o no son dignas de casarse.

Mila Arcarons, portavoz socialista de la Comisión de derechos de las mujeres del Parlament de Catalunya, recuerda que la Ley contra la Violencia de Género de 2008 reconoce que uno de los ámbitos donde se puede manifestar el maltrato a una fémina es en la mutilación genital o el riesgo de padecerla.

Aunque sí existe el riesgo, "la Generalitat no tiene constancia de que se realicen ablaciones en Catalunya", recuerda Arcarons. Para mantener estos resultados y que no se practiquen mutilaciones genitales, "hay que trabajar en los ámbitos de la educación y la sensibilización de médicos, maestros y niños, al igual que se está haciendo en África con la ablación y se ha hecho en las últimas décadas con el Sida", concluye.

"Hay médicos que lo tapan"

Inma Sau. Pediatra pionera en combatirla mutilación genital en Girona

¿Cómo convence a los padres de no mutilar a sus hijas?
A las madres, les explicamos las otras funciones que tienen los órganos sexuales para proteger de infecciones, por ejemplo. Pero los más complicados son los padres. A ellos les hacemos una comparación de las partes que quieren amputar a sus hijas con los órganos masculinos equivalentes. Entonces, entienden que la amputación no equivale a una simple circuncisión.

¿Y es efectivo?
Empecé a tratar casos de ablación en 1997. Desde entonces, de las 200 niñas que han pasado por mis manos, sólo he encontrado a dos padres que han mantenido su intención de mutilar después de recibir la información. En cuanto se lo explicas, baja el riesgo. Mi experiencia me dice que no saben por qué mutilan. Lo hacen porque se ha hecho siempre. Salvo casos puntuales, la mayoría lo entiende. Es mucho más efectivo un padre informado, que uno al que le retiras el pasaporte.

¿Cómo actúan con estos casos puntuales?
Nos reunimos el equipo de trabajadores sociales, educadores, sanitarios y Mossos d'Esquadra y debatimos si trasladar el caso al juez, que es quien lo evaluará y decidirá si se le retira el pasaporte a los afectados. Esto se realiza, en última instancia, para evitar que viajen a su país de origen para practicar la ablación. Algunos aún apelan a la religión, pero no está generalizado. Hay que hacer campaña con gente que conoce el Corán y que les explique que esto no está recogido en sus páginas. Pero, como médicos, esa no es nuestra labor.

La Generalitat de Catalunya critica que los médicos no denuncian. ¿Le consta que esto ocurra? ¿Hay demasiada protección?
Algunos médicos tienen miedo a enfrentarse a la realidad y lo silencian. Estoy segura de que ha habido casos. Si yo me entero de alguno, denunciaré a los padres, y al médico por no haber dicho nada.

Desde la tradición al control sexual

Costumbre y religión
La amputación genital femenina se suele realizar en el África subsahariana por tradición, por considerar que es un rito ancestral. Algunos piensan además que el Corán lo recoge, que es un mandato divino.

Control de la sexualidad
La leyenda urbana asegura que mitiga el deseo sexual (impide que las mujeres se conviertan en unas promiscuas), garantiza la fidelidad hacia la pareja y además incrementa el placer sexual masculino.

Funciones reproductivas
Hay tres falsos mitos sobre la ablación femenina: sin mutilación no se puede concebir, facilita el parto y la vida del recién nacido peligra si toca el clítoris.

Higiene
La mujer que no está mutilada es considerada sucia y hay comunidades que le niegan incluso el agua y los alimentos.

Estética
Los genitales femeninos se consideran una parte desprovista de belleza.


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