viernes, 30 de octubre de 2009

SAGRADO PREPUCIO


ASNO Y PREPUCIO

“Rebuznar No es un Arte; es una Ciencia”.
-Santo Panza. Hist. De D. Quijote, Cap. 28

Al cantar ahora del Asno y su Prepucio me veo en la obligación de enseñorearme en las reflexiones de cualquier Asnal teólogo, sin privarle al Asno la nueva gloria que se merece, pues muchos fueron objeto de admiraciones, en especial Uno. Oratorios, capillas, ermitas, iglesias, catedrales todas nos han proporcionado registros de reliquias, exvotos, y ofrendas, desentrañando de ellos todo lo perteneciente a la parte Rebuznatoria del espíritu.

Ya en sus tiempos de Maricastaña”,el cura al Ite Missa est, al pueblo vuelto en Rebuznos horrendos prorrumpía, luego el pueblo contestaba a su vez, la iglesia toda con horrendos Rebuznos aturdiendo. Allí era el Rebuznar ¡” (Elogio del Rebuzno), Al Asno y su Prepucio agradecidos con respeto, suma veneración y grandes fiestas, “De modo que se oía hasta en los Templos Rebuznar a los fieles más piadosos después de Rebuznar también el clero. Y este bien portento se le debe al Asno, que por cierto dicen que fue el tal Jumento que allá en Jerusalén llevara a cristo en entrada triunfal.

Cuántas veces hemos ido de la mano de algún familiar a visitar las reliquias de los “santos”, cuyos admiradores primero eran los papas, obispos y monarcas, dictadores que vieron en esos objetos ilegítimos el poder mágico que necesitaban para imponer la impostura y sus regímenes cuestionables. La emulación, el ansia, la presura de conseguir una parcelita en el cielo y los tesoros de la Tierra hicieron que se extendiese el Prepucio del buen animalito la memoria. Hasta mi bisabuelo llegó a venerar este pellejillo en el Relicario que hay en Peñaranda de Duero (Burgos) entre un montón de huesecillos de muertos santos y buenos.¡

Una de la primera reliquia venerada y más insólita fue el Asinus Sanctum Praeputius el santo prepucio del Asno, ese Asno que montó Jesús que fue venerado hasta en el cielo. Con qué piedad las buenas viejas le adoraban ¡Cómo las devotas se esmeraban en acicalar y adornar el Prepucio con esmero¡ Y el Asno no quiso habitar en aquella ciudad de Jerusalén, por algo sería¡ y marchó andando sobre el mar “tan duro como su pezuña”pasando por Chipre, Rodas, Candia, Malta, La Costa Azul y la Costa Brava, de donde pasó a los demás países y allende el mar. Su devoción se instaló en muchas universidades, seminarios, colegios universitarios, conventos donde hubiese sujetos dotados para esta cátedra de Exvotos y Rebuznos. Y en todos se escuchó este cántico:


“De la parte de Oriente
Nos viene un Asno
Ay qué lindo y qué fuerte ¡
Ay que milagro ¡”

“.. no dudo, Sancho amigo; ya caí de mi burro; ya te creo”. Don Quijote a Sancho.
La Historia de las naciones es la historia de sus reliquias y exvotos. El lance entre el Asno y Príapo es la suerte de la historia de los pueblos, y de cómo se consiguen los cetros y coronas, ya todavía blanco de mil sarcasmos. La mitología nos lo cuenta: “Príapo sostuvo con el Asno un gran combate, a quien más. Príapo dejó al Asno abochornado y vencido; pero luego qué hace el Asno? Va y coge, y lleno de rabia se abalanza a mi dios; y a la sombra de sus mismos laureles le deja muerto”. Que lo mismo le pasó a Saturno padre de Júpiter, quien no esperó para heredar a la muerte de su padre, sino que maniatado, su hijo mismo le dio una mezcolanza, un vino de la Ribera del Duero, y con ella emborrachó al pobre viejo, y qué le hizo entonces? Va, coge y le capa, que luego pasó al histórico Veni, Vidi, Vinci. Un hijo con su padre tal barbarie ¡ Esta es la historia de la legítima de heredar las coronas y los cetros.

El santo prepucio del Asno, como después el prepucio de Jesús tan bien muy venerado, y todas las reliquias y exvotos forman parte de la hipócrita obscenidad y embustería del clero, y todas las religiones que fundan su bien únicamente en engañar al pueblo.Con qué devoción allá y acullá se veneran. Devotos prosternados exhalan su contento de adorar tal reliquia, que al más indiferente excita. El prepucio del Asno se veneró primero en Italia, pasando a Francia y después a España que lo extendió a las Américas y otros pueblos. En Italia, de Verona expresamente salió, donde cuentan que le custodiaban cuarenta monjes del Convento de nuestra señora de los Órganos, y que se le sacaba en procesión dos veces al año.

Cuantos prepucios adornan altares, cuantos hoy yacen escondidos en Cartujas y Conventos. Y sus milagros a ninguna otra reliquia o exvoto van en zaga. Han sido muchos, buenos, graves, serios, y muy cabronescos. Y hasta nuestros hijos han alcanzado buenos másteres encomendados a tal pellejillo del Jumento. Dónde están escondidas las plumas de arcángel san Gabriel, dónde los suspiros de san José. En el Vaticano y en el Obradoiro. Las Yemas de canónigo, los pedos de monja, en Las Huelgas, en Burgos. Cuestión de fe y ambiciones. El corazón de Fray Mamerto Esquiú, en Catamarca, Argentina, fue robado por un ladrón y arrojado a un basural. Quién heredará la sábana santa, el velo de la Verónica, los frascos con leche de la virgen María. El santo grial y la lanza del centurión que remató a Jesús les tuvo Hitler, y ahora dicen que están en la catedral de Nuremberg. El brazo incorrupto de santa Teresa fue almohada en el cabezal de Franco. Santa Teresa, caso peculiar ¡ Su pie derecho y la mandíbula les tuvo Mussolini, la mano izquierda dicen que Salazar de Portugal. Una espina de la corona de Jesús y un dedo de san Pedro trajo de una peregrinación a Roma doña Sancha, hermana de Alfonso VII, que regaló a los monjes del cister bajo cuya advocación erigieron el Monasterio de la santa Espina en Valladolid, recibiendo de los monjes un santo prepucio de Jesús.

El santo clamor de la Secta así extendió sus demonios en cierta noche oscura de los tiempos. Con velas y lamparillas en aceite de nabo al celeste capullo Asnal y a los asnífluos santos peregrinos incitó a vagar por los montes y las mentes, los pueblo recibiendo graves daños que dicen que por decreto, excomunión y patíbulo mandaron no tocasen ciertas flautas. Refiere la historia sagrada que María de Magdala fue la primera devota y propietaria del prepucio del Asno, que de él hizo un anillo y que guardó con mucho cello y celo, y le llevó a hacerle magdalenas con él a Jesús. La emperatriz Irene de Bizancio lo adquirió a unos mercaderes árabes y se lo regaló a Carlomagno el día de su boda, que se lo puso.

En 1427, cuentan que la Hermandad del Santo Prepucio consiguió abolir el éxito del Prepucio del Asno y en su lugar colocó con mucho empeño y gusto el prepucio de Jesús, que se ha venerado y se venera hasta nuestros tiempos, en especial el día 1 de enero de cada año, Día de la Circuncisión del Señor. Comenzando, después, una lucha encarnizada entre iglesias por tener más de un prepucio de Jesús. Así, como si de cruzada de prepucios se tratara, compitieron por tener más y mejores la Basílica Laterana de Roma, Charroux en Francia, Amberes, París, Bolonia, Besancon, Nancy, Hildesheim, Calcata, Barcelona, como nos cuenta A.V. Müller, 1907, en su libro “El sagrado prepucio de Cristo”. Así el jesuita Salmerón llegó a considerar el prepucio divino “anillo de compromiso para sus esposas, las monjas, las santas. El fabricante de este anillo era el espíritu santo, su taller el purísimo útero de María” ( La terminal rosario). Y santa Catalina de Siena, que se casó místicamente con Jesús, incitada por la virgen María y donde María al presentarle a Jesús , le entregó el anillo prepucial diciéndole: “recibe este anillo como testimonio que eres mía y serás mía para siempre¡” Texto que todavía se mantiene en los casorios de uno y otro tipo.

Y lo de la monja capuchina austríaca Agnes Blannbekin, 1715, que dicen que lloraba sangre y que sintió el prepucio de Jesús en la lengua, y su párroco, el benedictino Pez refiere: “ De repente, Agnes sintió un pellejito en la lengua, como cáscara de huevo, de dulzura superlativa, y se lo tragó. Apenas se lo había tragado, de nuevo sentía en su lengua el dulce pellejo, y una vez más se lo tragó, y esto hasta cien veces”. Qué milagro¡ Agnes fue de las elegidas que consiguió saber a qué saben estos dioses.

El 15 de mayo de 1954 , en cónclave, los cardenales acordaron ratificar la condena de la veneración del santo Prepucio. Al leerlo me llevan los demonios., pues estoy sentado en una terraza del parador de la plaza de la catedral de Santiago de Compostela, donde por cierto se veneraba uno, no se si aún se venera, y le digo al camarero: “camarero, una de prepucio de Asno, y si no hay, pues rabo de toro”.

-Daniel de Cullá







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