jueves, 23 de abril de 2009

EL ROJERIO


RTÍCULOS DE OPINIÓN

CORAL BRAVO



El "rojerío" y la "decente" derecha española

Durante una parte de mi vida la política no me interesaba; es más, me solía sentir confundida por ideas aprendidas y por tópicos que, casi siempre, son producto de la manipulación y la mentira; por otro lado, nací y crecí en un ambiente troquelado por el más rancio y católico conservadurismo. Mi familia provenía de la tradicional derecha española que, por obra y gracia de la dictadura franquista, intensificó sus postulados ideológicos y religiosos. Había, sin embargo, en mi currículum genético-ideológico, dos honrosas excepciones: un bisabuelo materno que fue un republicano militante y convencido, allá por los finales del siglo XIX, y un tío-abuelo que fue fusilado por Franco por haber defendido las libertades y haberse opuesto a la llegada del fascismo nacional-católico.

Durante mi adolescencia, y ante la necesidad de autoafirmación ideológica propia de la edad "del pavo", proclamaba, a quien me preguntara al respecto, que yo era ecléctica porque era conservadora en aquello que era bueno conservar, y progresista en lo referente a aquello que era bueno transformar...Con esta perogrullada salía del paso y me enfrascaba en otros temas que entonces me interesaban más.

Posicionarse desde el conocimiento
Porque difícilmente alguien puede posicionarse ideológicamente desde la ignorancia y cuando se desconoce la realidad desde diversas perspectivas; y a mí solo me enseñaron una, que, por cierto, nunca me convenció en absoluto. Y no me refiero a mis padres, a quienes tengo que agradecer que nunca me impusieran nada, y que siempre huyeran de cualquier posición de fanatismo o irracionalidad; y, en especial, a mi madre, de quien aprendí, tanto por sus dichos como por sus hechos, el profundo respeto que merece todo ser humano.

Defender la democracia es rojerío
Con el paso del tiempo, con lecturas, con el aprendizaje de la vida, con el hecho de intentar observar el mundo de manera objetiva, con la inquietud de cuestionarme cosas y de buscar respuestas, y con ciertas experiencias concretas que me confirmaron con rotundidad lo que en su día ya dijo Cervantes cuando afirmó que "nada es lo que parece", me he ido reafirmando en mis convicciones ideológicas, que pueden resumirse en algo tan simple como la defensa a ultranza de los derechos humanos, del laicismo, de la justicia social, de la democracia y de la libertad; es decir, para resumir aún más, me siento adscrita a lo que el "eminente" Miguel Angel Rodríguez denomina, en tono despectivo, "rojerío" (entiéndase toda ideología a la izquierda del PP, es decir, de la extrema derecha).

Lo que defiende la derecha
Para el "ilustre" ex-portavoz del PP de Aznar, los españoles decentes son aquellos que pregonan la defensa de la vida, pero que apoyaron sin tapujos un genocidio que causó casi un millón de muertos; son los que defienden el liberalismo económico que ha degollado, en aras del enriquecimiento de algunos, la economía del país; son los que pretenden privatizar hasta el aire que respiramos; son los que bendicen "los cuarenta años de paz" ( en palabras del "centrista" Mayor Oreja) de una dictadura asesina; son los que pretenden el despido libre y la precariedad de los sectores más desprotegidos.

La moralina católica
Son los que valoran el dinero por encima de todo y de todos; son los que ignoran los derechos de los que tienen que trabajar duro para subsistir; son los que desprecian a los inmigrantes; son los que hablan de "libertinaje" para referirse a las libertades de otros, y que justifican las injustificables perversiones propias. Son los que hacen bandera de la supuesta moralidad católica y las supuestas "buenas costumbres" para solapar y promover el clasismo, las desigualdades, la irracionalidad y las propias miserias sociales y personales. El resto, somos "rojerío".

Galdós como ejemplo
Imagino que el ínclito señor Rodríguez, a la vista de su talante "ilustrado", dedicará su tiempo de lectura a "ilustres e imparciales" autores como Pío Moa, César Vidal y Curry Valenzuela; le recomendaría, si estuviera en mi mano, que diera un repaso a ciertas obras más clásicas y universales (aunque un poco "rojas"), como "Doña Perfecta" o "Misericordia", y se esforzara en reflexionar un poco sobre sus personajes y su contenido. Porque, a estas alturas, lo que Galdós denunciaba con desgarro hace más de un siglo, sigue estando tristemente vigente en la sociedad española y en esa derecha tan "moral", tan "democrática" y tan "decente".

Coral Bravo es Doctora en Filología y miembro de Europa Laica

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