Violaciones correctivas, el castigo para "curar" a lesbianas en Perú
Algunas mujeres lesbianas son castigadas a tener relaciones sexuales con hombres para 'curar' su homosexualidad
Los amigos o familiares suelen ser los encargados de violarla, lo que puede arrastrar a la víctima al suicidio, según la activista y experta Ruth Moreno
El Estado peruano no tiene ninguna ley que proteja los derechos del colectivo LGTBI y el Congreso rechazó en 2013 tipificar los delitos de odio contra homosexuales
Los amigos o familiares suelen ser los encargados de violarla, lo que puede arrastrar a la víctima al suicidio, según la activista y experta Ruth Moreno
El Estado peruano no tiene ninguna ley que proteja los derechos del colectivo LGTBI y el Congreso rechazó en 2013 tipificar los delitos de odio contra homosexuales
"Quería 'curarme' a la fuerza. Lo entendí así pues
me decía que no estaba bien 'ser como eres' y que 'una mujer que llora
por otra, no es correcto'. Nunca más quise saber de él. Tenía miedo,
mucho miedo".
Así empieza el relato de una de tantas
jóvenes lesbianas que en Perú son víctimas de las llamadas 'violaciones
correctivas'. Una práctica machista no aislada que se basa en forzar
sexualmente a aquellas mujeres que se atreven a mostrar en público que
aman a otras mujeres.
Esta joven, que protege su identidad bajo el pseudónimo
C. Lesbiana, fue violada por un vecino y amigo de la familia a quien
hasta el momento había tratado como a un pariente. "Sucedió que, un día,
mientras estaba llorando en mi cama, sola, la puerta estaba sin seguro,
así que entró. Se acercó a mi cama y me preguntó si estaba bien. Le
contesté que sí, que vaya a la sala, que me alistaba en un momento. El
resto es historia". Una historia que terminó en embarazo.
Ella no es más que otra víctima de un sistema que somete a estas
mujeres con la intención de forzar a la heterosexualidad. Se trata de
situaciones de violencia sexual basadas en tocamientos indeseados, que
en los casos más extremos pueden desembocar en violación. Expertos y
activistas explican que son castigos correctivos que causan daños
físicos y psicológicos irreversibles en la víctima, y que en algunos
casos se ejecutan de manera repetida si la joven no accede a "curarse" a
la primera y acepta públicamente su cambio de condición sexual acatando
las normas que dicta una parte de la sociedad que sigue pensando que la
homosexualidad es una enfermedad.
Los crímenes que no se denuncian
Las secuelas psicológicas de estos abusos, y el sentimiento de que no
son "capaces de curarse", llevan a muchas mujeres al suicidio, cuenta
Ruth Moreno, activista del Movimiento Homosexual de Lima. "Normalmente
los agresores suelen ser los tíos, los primos o algún amigo cercano de
la víctima", prosigue, y asegura que aunque a través de los talleres de
apoyo a colectivos LGTBI se conocen casos como estos, "nadie llega a
denunciar".
"En radio Yaraví, dos conductores de un
programa narraron cómo una persona conocida había contratado a un hombre
para violar a su hija lesbiana. Ella tuvo un hijo y, según ellos, logró
curarse. Entre burlas y risas, comentaron sobre este delito que ha
quedado impune", cuenta una joven lesbiana de Arequipa en otro de los
testimonios recogidos en el Informe sobre Derechos Humanos de Personas Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales en el Perú 2014 - 2015.
"Los hombres consideran que el acto penetrativo es un acto de
corrección, lo hacen porque creen que ellas son lesbianas porque no
conocen nada más", explica Brenda Álvarez, asesora legal del Centro de
Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex) y
especialista en temas de feminismo.
Según los
colectivos de defensa de los derechos LGTBI peruanos, estos actos de
violencia extrema son la culminación de repetidas amenazas a las que las
mujeres lesbianas se ven sometidas. En la calle se enfrentan de manera
constante a comentarios homófobos y humillantes. Críticas que conforman
un recuerdo público y constante de su condición sexual y que casi
siempre van acompañadas de una oferta: "Probar a un buen varón".
Aquí, la discriminación está en todos lados, explica Moreno. En las
familias "es común que las encierren en sus habitaciones, que les roben
el celular y les corten la ropa ancha para obligarlas a llevar
vestimenta femenina". Incluso "las obligan a tener novio o a ponerse
falda aunque a ellas no les guste", añade Brenda Álvarez.
Las leyes peruanas dan la espalda al colectivo
Este informe, elaborado por Promsex y la Red Peruana TLGB, alerta de
que la mayor parte de los casos no son denunciados y, en el caso de
serlo, la víctima no especifica que se trate de abusos de intención
'correctiva'. Según datos de Promsex, solo el 5% de los casos de
violaciones a mujeres en Perú son denunciados, de los cuales no se sabe
cuántos son castigos correctivos.
Perú, cuyo Gobierno no ha respondido a las preguntas de
eldiario.es, no cuenta con una política nacional contra la
discriminación por la orientación sexual y la discriminación de género.
Así como no tiene tipificados los crímenes de odio hacia la población
LGTB, causa por la que lleva años luchando Amnistía Internacional en el
país. A pesar de esto, según datos de Promsex, el 90% de la población
admite que existe discriminación hacia este colectivo, una percepción
que no se refleja en las políticas.
En julio de 2013
el Congreso rechazó sancionar de manera explícita los crímenes de odio
motivados en la orientación sexual e identidad de género y en julio de
2014 aprobó un decreto que censuraba toda mención a las personas y
comunidades LGTBI. Así, según señala un informe del Movimiento
Homosexual de Lima, cada semana se produce en el país un crimen de odio
contra personas de este colectivo que no queda debidamente registrado y
tipificado como tal.
La directora ejecutiva de
Amnistía Internacional en Perú, Marina Navarro, advierte de la necesidad
de "adecuar la legislación nacional con los estándares internacionales y
tipificar los crímenes de odio contra las personas LGTBI" y denuncia
que en el país "existe impunidad en los crímenes hacia personas LGTBI".
Resalta que a veces este tipo de crímenes "no son debidamente
investigados y juzgados".
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