LA MUJER Y SUS PROBLEMAS
Empecemos diciendo que el ser mujer ya es
en si un problema, recordemos aquella frase que me gusto mucho, como ser mujer
y no morir en el intento, creo que es realmente difícil el asumirnos como
mujeres, libres, independientes, trabajadoras y luchadoras por un mundo mejor.
Empecemos recordando la frase de Simonne
de Beauvoir, “La mujer no nace, sino que se hace” os diré que a mi siempre me
ha asombro esta afirmación, dicha así de una manera tan abrupta, pero hay que
entender lo que quiere decir esta escritora que tanto impacto tuvo en varias
generaciones.
No nacemos todos iguales, es evidente, un
cuerpo de mujer no es el mismo que el del hombre tiene otros atributos y ahí
reside el encanto de la diferencia, pero a partir del nacimiento la
construcción de la mujer y del hombre en dos entes diferentes comienza, a la
mujer se la prepara para ser madre, esposa sumisa, se la prepara para dar la
vida, al hombre se le prepara para dar la muerte, debe ser guerrero, estar
preparado para defender su patria, su hogar y los intereses de los que se
benefician con las guerras.
A la niña se la viste de rosa, se le dan
muñecas, y su mama, cuando tiene tiempo, le enseña a darle el biberón a su
juguete, un niño no hará eso y si se le ocurre todo el mundo mostrará
extrañeza, si la dulce nena llora se la consolara, es natural, al nene se le
dirá que un hombre no llora, no se sabe porque al fin y al cabo se tienen los
mismos lacrimales, pero esta mal visto.
Así los dos sexos crecen sabiendo muy
bien cuales serán las funciones que la sociedad les atribuye, ser madre es
natural en la mujer, lo que ya no es tan natural es que esta función de la que depende que la especie
se perpetué, degenere en una esclavitud.
Hay escritores que estiman que esta esclavitud
de la mujer no existió siempre, hubo un tiempo, dicen, en que la mujer y el
hombre gozaron de los mismos derechos y del mismo estatuto de personas libres y
felices. También opinan que a este tiempo se le llamo la Edad de Oro, y que en
el fondo de nuestro inconsciente colectivo, siempre la hemos añorado, tanto los
hombres como las mujeres.
El porque acabó esta época puede estar
ligado a la aparición de la propiedad privada, la agricultura llevaba consigo
la propiedad de tierras y cosechas, esto atraía a los que querían apoderarse de
estas riquezas, la mujer plantaba, se ocupaba de la tierra y de los hijos, el
hombre procuraba defender como podía lo que consideraba que era su propiedad, y
así la mujer también paso a ser la propiedad del hombre, como los hijos, y así ha seguido hasta ahora
y la sociedad a generado toda clase de mecanismo para que así sea.
A esto se le llama la sociedad patriarcal
en la que los hombres tenían todo poder sobre sus mujeres y sus hijos, hasta el
derecho de vida y de muerte, este derecho ha llegado hasta estos tiempos, ya
hablare de ello. Para avalar este deseo del hombre de apropiarse la mujer y los
hijos se crearon los dioses, los dioses masculinos, naturalmente, en tiempos
prehistóricos existía la diosa madre, representaba la tierra y sus frutos,
encarnaba la fertilidad, pero fue
sustituida por el panteón de dioses guerreros, las diosas también siguieron
existiendo durante algunos milenios, pero quedaron relegadas al papel de esposas,
amantes y de madres de los hijos del panteón masculino. Hoy día han
desaparecido en tanto que diosas, y han sido sustituidas por vírgenes y santas
diversas en la religión católica que por aquí nos oprime.
La sociedad patriarcal se extendió por
todo el planeta, y hoy día esta aun en pleno auge. Hay sitios en los cuales
este esquema constituye un verdadero peligro para la vida de las mujeres,
pensemos en el problema de la escisión, se practica en África, pero aquí en
Europa se sigue mutilando a las niñas nacidas en ciertas etnias , esta practica
bárbara suscita poca respuesta de nuestra sociedad que se dice civilizada, a
veces es castigada, pero con una mínima pena, otras se hace la vista gorda, se
trata de costumbres ancestrales y las victimas son niñas, para que preocuparse
y las infecciones siguen matando gracias a
esta costumbre que consiste es cortar el clítoris para evitar todo
placer y en coser los labios menores que el día de la boda el marido deberá
cortar con un machete. La asociación mundial de la salud protestó de estas
prácticas en Egipto, nada cambio, las muertes continúan.
Pensemos en nuestras hermanas nacidas en
el Islam, cubiertas con sus velos y sus burkas nos muestran a lo que puede
llegar la represión contra la mujer que apoyada por las diversas religiones y
los estados confesionales perpetúan esta esclavitud que tanto favorece a unos y
otros.
Todo esto puede parecernos lejano y ajeno
a nuestras preocupaciones, no es así, esas mujeres viven entre nosotros y
deberíamos procurar de que por medio de la educación y el dialogo pudiesen
liberarse de sus cadenas, los estados europeos que las acogen no harán nada
para ello. Construyen mezquitas para así controlar a los creyentes por medio de
la religión que les asegura su sumisión, que las mujeres sean esclavas no es un
problema para nadie, solo para ellas.
Nosotras no hace tantos años también
estábamos obligadas a llevar un velo para cubrir nuestra cabeza en la Iglesia,
no solo se nos obligaba a frecuentar este lugar en tiempos de la dictadura,
sino que debíamos cubrirnos, llevar faldas y manga larga, me permito un
recuerdo personal, al presentarnos para oír misa una amiga mía y yo en una
ermita a la que había que llegar atravesando el monte, lo hicimos en pantalón
largo propicio para la marcha, pues bien, el curita de turno desde el publico
nos grito que nos marcháramos, era inmoral en aquel tiempo el llevar
pantalones, los fieles nos abuchearon, a mi este recuerdo me llena de alegría,
aquello no hizo mas que reforzar mi opinión de que aquella gentuza de la
iglesia eran unos cretinos represores, tenia entonces 15 años y nunca he
cambiado de opinión.
Pasemos a problemas mas actuales,
quisiera comenzar por hablar del aborto, es un tema que ha saltado a la
actualidad por diversas causas que todos conocemos, elecciones, furor de la
derecha contra el hecho de abortar apoyado por la iglesia o viceversa, en esto
como en todo están unidos unos y otros. Para la secta la opresión de la mujer
es uno de los orígenes de su poder.
El aborto aquí es muy restrictivo, y aun
así hay regiones en los que no se aplica, como en Navarra, las campañas
histéricas de los anti-abortistas sabiamente orquestadas, se multiplican. La
intimidación hacia los doctores que consienten en efectuar este acto medico y
legal no cesan.
Las mujeres de este país están obligadas
muchas veces a refugiarse en Francia donde el aborto es libre y gratuito,
dentro de los plazos legales. Quisiera decir unas palabras sobre como se
consiguió, esta libertad en el país vecino, nadie nos regalo este derecho,
tuvimos que ganarlo con la lucha, en la calle, con protestas y procesos.
Empecemos por recordar que en la laica
Francia en los años 60 la contracepción estaba prohibida y si conseguías la
pastilla con receta médica lo más probable era que los farmacéuticos te la
negaran y te echaran fuera de su comercio con cajas destempladas. Otra cosa no
menos asombrosa es que los cursos a las embarazadas para poder dar a luz sin
dolor estaban prohibidos, solo se daban en clínicas sindicales, la causa era
que Dios, en su infinita bondad mandó a la mujer parir con dolor, si la mujer
no sufre está desobedeciendo la orden divina, en un país en el que existe la
separación de la Iglesia y del estado esta ley religiosa se aplicaba a
rajatabla.
Con este ambiente es fácil comprender que
el aborto estaba prohibido y perseguido, se hacia de manera clandestina y daba
lugar a muertes e infecciones, y a veces provocaban la esterilidad femenina.
Las cosas empezaron a cambiar a raíz de
lo que se llamo el proceso de Bobigny, una joven y su madre fueron inculpadas por
haber abortado la joven, y su madre como encubridora, Gisela Halimi, celebre
abogada francesa defensora de los derechos humanos tomo su defensa, convoco la
prensa e hizo de aquel caso un proceso ejemplar y causo gran conmoción, la
joven fue absuelta.
La agitación pro abortista continuo, hubo
el Manifiesto de las “salopes” (guarras) en el que como aquí se ha hecho
recientemente muchas intelectuales declararon haber abortado, se manifestó, y
se obtuvo el apoyo de muchos partidos izquierdistas, por entonces el movimiento
feminista era fuerte allí.
El gobierno era de derechas, como casi
siempre en Francia, pero fue una ministra de ese gobierno que pidió una ley
permitiendo el aborto libre y gratuito, en la asamblea se hizo insultar por
buena parte de sus señorías, tanto de su gobierno como de la oposición, sin
inmutarse les dijo a aquellos energúmenos que sus mujeres y amantes podían
pagarse abortos con seguridad mientras las pobres que no podían estaban
expuestas a la prisión o a la muerte, por su coraje Simone Veil se convirtió en
la figura mítica que aun es hoy día.
La ley del aborto se voto con los votos
de parte de la derecha y de la izquierda, en el partido socialista hubo mas
votos contra que favorables. El aborto se obtuvo pero hay que seguir siendo
vigilantes para que no nos lo roben, los ataques allí como aquí nunca han
cesado.
La aplicación en aquel país supuestamente
laico también fue difícil, muchos médicos evocaron la cláusula de conciencia, y
hubo algo mas grave, algunos llegaron a practicar el raspado sin anestesia y
antes los gritos de dolor de las mujeres se reían diciendo que así no volverían
a verlas por allí.
Cuento todo esto para que seamos
conscientes de las dificultades de obtener este derecho que es el nuestro, el
abortar no se hace nunca con alegría, todas hemos tenido nuestras rezones para
hacerlo, uno de los motivos para llegar a ello es la falta de educación sexual
de los jóvenes, querida por la Iglesia que rechaza toda formación al respecto.
El PSOE prometió ocuparse de este problema
en la anterior legislatura, no lo hizo, ni lo hará ahora, su sumisión a la
secta es grande, este derecho no lo conseguiremos mas que con nuestra lucha, no
debemos dejar que hombres vestidos con batas blancas o faldas negras dispongan
de nuestras vidas y de nuestros cuerpos, pero tendremos que luchar con nuestros
compañeros, el problema también es suyo, es diferente que nuestros hijos sean
hijos del amor a que lo sean de un accidente. Debemos luchar con ellos, la
mujer al obtener su libertad libera también al hombre, es necesario procurar
que no lo olviden.
He visto que hace unos días en Valencia
han sido inculpadas cuatro mujeres que firmaron el manifiesto autoinculpándose
de haber abortado, están pendientes de proceso y pueden incurrir en penas de
prisión, aquí en Cataluña puede pasar lo mismo, apoyemos a las compañeras de
Valencia y estemos al tanto de lo que pueda pasar aquí.
La mujer tiene otros muchos problemas,
sigamos hablando de ellos pero brevemente, solo se trata de dar pistas, de
ponerlos sobre el tapete para que después podamos tener un coloquio en el que
cada una, o uno pueda exponer su punto de vista.
Muchos des su problemas vienen de la
imagen que se le impone desde todos los mecanismos de la sociedad patriarcal,
capitalista. La mujer tiene tres sitios que son en los que debe estar, la casa,
la cocina y la iglesia, así fue desde hace siglos y así se intenta que siga
siendo pero la sociedad ha cambiado y ciertos esquemas han saltado en pedazos,
por los mismos intereses del capitalismo.
La
mujer debía quedarse en casa, hoy día es solicitada por la actividad laboral,
su fuerza de trabajo interesa a los patronos y al capital en general, tanto más
que sus sueldos son menos elevados y al ser mas vulnerables suelen ser más
dóciles, o al menos eso esperan los patronos. La desigualdad de salarios es
otro de los problemas que las mujeres deberíamos tener en cuenta y protestar
por ello.
Debemos salir de nuestras casas,
incorporarnos al mundo del trabajo, hay que pagar la hipoteca, para ello en una
pareja tienen que trabajar los dos. Esto esta muy bien, el trabajo libera a la
mujer, siempre se ha dicho, en el se realiza. Aun así veamos cuales son las
consecuencias de esta liberación, en pocas palabras se trata de la doble
jornada de trabajo.
Una vez de vuelta al hogar la trabajadora
debe convertirse en madre de familia, ocuparse de compras, comidas, que los
hijos y el marido vayan bien limpios y que todo reluzca como los chorros del
oro, sino la familia mostraría su
enfado. No acaban aquí sus obligaciones, también debe estar arreglada, ser
amable con su marido, ocuparse de los deberes de los hijos y ser la compañera
amante de su hombre. Todo esto se espera de ella y ella cree que esta obligada
a darlo porque desde siglos así se lo han enseñado, su pareja la ayuda a veces,
pero para él no es una obligación, es ella la que debe ocuparse de todo después
de una dura jornada de trabajo, así esta mandado.
Esta idea del sacrificio femenino
persigue a la mujer durante su vida, debe ser madre perfecta, hija amante,
ocuparse de sus padres, de sus hermanos y de cualquier miembro de su familia
que la necesite. Muchas veces además de su actividad laboral y de madre tiene
que ocuparse de los padres de su marido o de los de ella, o bien de unos y
otros, también esto es algo que se espera de una mujer.
Hoy en día la mujer desea ser
independiente y poder cursar estudios, llevar una actividad laboral lo mas
adecuada posible a sus conocimientos y a su valía, pues bien el obstáculo de la
maternidad se opone a la realización de sus deseos en muchas ocasiones, no
siempre puede pagarse una persona para acompañar a sus hijos, una ayuda
familiar tan necesaria para las que desean seguir una carrera, en su trabajo
saben que no encontraran comprensión para sus problemas de madre de familia, si
no puede ocuparse de sus hijos y llevar una actividad laboral que se quede en
casa, parecen pensar. Esto lleve a que muchas profesionales se nieguen a tener
hijos, viendo la maternidad como una carga. La edad del primer hijo es cada vez
mas tardía, los años van pasando y al final abandonan la idea con el
consiguiente trauma que eso supone para una mujer, también lo es para el que
pensó ser padre y que a veces no comprende las razones de su pareja para no
querer la maternidad.
Se
da el caso de las que ocupando un buen puesto de trabajo lo dejaran unos años
para poder vivir su maternidad, cuando desean recuperarlo en la mayoría de los
casos nunca encontraran el mismo puesto que ocuparon y al mismo nivel de
responsabilidad, en el mundo laboral la maternidad no es muy apreciada. La
mujer desea ser madre, es natural, su cuerpo se lo pide, hay que lograr que
esta función imprescindible para ella y la sociedad no siga convirtiéndose en
un motivo más de esclavitud.
El tiempo pasa, los hijos por fin
pudieron encontrar un alojamiento que pagaran durante 50 años y han creado su
propia familia, los dos trabajan es normal y necesario, también es normal tener
hijos, también eso lo manda Dios, y entonces viene el problema de ocuparse de
ellos, guarderías escuelas para pequeños son caras y difíciles de encontrar,
para eso están los abuelos, en muchos casos después de una dura vida de labor
la mujer se ve obligada por las circunstancias a criar o al menos ocuparse de
sus nietos a tiempo completo, eso es una fatiga para ella, otra vez hay que
empezar a criar a los pequeños, pero se debe hacer, sino se desvaloriza, no
sirve para nada, si no puede ayudar a los hijos, así que hay que hacerlo, así
se siente útil. En muchos casos esta responsabilidad, este trabajo, llega a
agotar a las mayores, es la enfermedad de la abuelita, tanto síquica como
física. La mujer hasta su último suspiro estará obligada de sacrificarse por
los otros, maridos, hijos padres nietos, sin poder disfrutar siquiera de su
merecida jubilación.
Hay algunas mujeres que no soportan la
injusta situación de sometimiento al hombre, que protestan, que reivindican sus
derechos y su libertad, en algunos casos esto les lleva a la muerte. La
violencia de genero, la violencia contra la mujer empieza desde su nacimiento,
ya lo he dicho, cuando se le impone una determinada función que la seguirá
durante toda su vida, la familia patriarcal, la Iglesia, la educación que esta
en manos de esta y el estado capitalista, se encargan de mantenerla en este
estado de sumisión del que en algunos casos ella misma no es consciente.
Hay que decir que el hombre sufre el
mismo condicionamiento, se le inculca, a través de los mismos instrumentos que
a la mujer, la idea de que debe ser viril, en el sentido mas violento del
termino, debe ser competitivo y estar dispuesto a pelearse por la vida, como se
dice, la vida es una lucha y solo los mejores tienen éxito. La mujer una vez
conquistada pasa a ser uno de sus objetos y no esta preparado para comprender
que es un ser como él que tiene sus prioridades, sus gustos, sus deseos propios
y que quizás no sean los del hombre al que esta ligada. El deseo de libertad,
de ser ella misma que la mujer empieza a expresar, a buscar y a alcanzar en
algunos casos, no cuadra con la educación patriarcal que el hombre ha recibido, su desconcierto le lleva
hasta el crimen.
Hace unos días, en la misma fecha,
murieron 4 mujeres a manos de sus parejas, al día siguiente hubo cuatro
apuñaladas. Contra esta violencia es difícil luchar, es cierto que lo único que
podría erradicarla seria la educación, educar a los hombres y a las mujeres
para que sean iguales, y que sus relaciones se desarrollen en un mutuo respeto,
es una labor a largo plazo y además difícil, la Iglesia se opone a que el
hombre y la mujer sean considerados iguales, desde el púlpito se eleva contra
esta doctrina demoníaca y aconseja a la mujer paciencia y resignación, es lo
que Dios espera de ella, el confesional esta ahí para consolar sus penas. Una
de las causas del rechazo de la sangrienta secta de la asignatura para la
ciudadanía es que se hable de esta igualdad, saben que cuando la mujer obtenga
su libertad física y mental será el fin de su reino en este mundo, el del otro
se lo pueden quedar para ellos.
Hay leyes contra la violencia de genero,
seguramente no se aplican con suficiente entusiasmo y no es un montón de leyes
que van a protegernos, creo que la única solución seria que tomáramos
conciencia del peligro que corremos e intentemos influir sobre los políticos
para que las leyes se cumplan, si nos organizamos en grupos o colectivos en
barrios para comprender lo que pasa e intentar ayudar a las mas amenazadas
quizás conseguiríamos algo, por ejemplo, cuando una mujer agredida va a
comisaría para denunciar los hechos podíamos acompañarla para que las
autoridades sepan que no es un problema personal del que no deben hacer mucho
caso, que sepan que es un problema colectivo, de todas.
Sigamos hablando del comercio que el
capitalismo hace con nuestros cuerpos, no me refiero a la prostitucion, de ella
podríamos hablar mucho, se trata de una de las mayores explotaciones de la mujer por el hombre, a este tema se le
debería dedicar toda una charla.
No, me refiero al provecho que se saca de nosotras con la manera de vendernos
nuestra imagen, de dictarnos no solo lo que debemos ser, sino como debemos ser.
La mujer debe ser bella desde su
nacimiento hasta su tumba, ahí están los modelos que se nos muestran en cines
publicidades televisiones, revistas, hay para todas las edades. Cuando están en
edad escolar si se comete la estupidez de mandarlas a colegios religiosos se
las introduce en un mundo imaginario en el que angelitos de la guarda y dioses
barbudos están a sus ordenes, basta rezar y ser buenecita, es decir cumplir las
ordenes que se les da, para obtener todo lo que deseen.
Ya mas mayores las cosas cambian, pero
también hay otros métodos para obtener sus deseos. Después de identificarse a
princesitas en su infancia, es natural que esperen que pase a su alcance
cualquier príncipe larguirucho para convertirlas en reinas. El camino infalible
para llegar a este resultado consiste en la belleza, en la clase de belleza que
la sociedad capitalista impone, y que tan bien hace marchar el comercio.
Ya desde una edad bastante tierna cuando
se pregunta a una niña o a una joven que es lo que le gustaría ser lo más
probable es que responda que artista de cine, top modelo o participante de
emisiones televisivas, o cantante o cualquiera de esas profesiones que les
sirven de modelo a trabes de todas los medias. Pocas habrán que digan que
desean ser grandes científicas, grandes profesionales. Aun así aunque lo deseen
también la sociedad tiene respuesta a esto, para llegar al éxito en una carrera
femenina no basta y, diría yo, casi sobra ser inteligente preparada y buena
profesional, no, lo que lleva al éxito es ir bien peinada, llevar vestidos de
diseño y usar un buen desodorante, el resto son detalles sin importancia.
Esta es la imagen que la sociedad desea
imponer a la mujer, y que indudablemente lo consigue, se bella y obtendrás todo
lo que desees, por ti misma o por conquistar a uno de esos hombres que avanzan
en la vida cargados de éxito, un presidente de una republica cercana, por
ejemplo.
Si no quieres estudiar o crees no tener
capacidades para ello no importa, aprende a cantar, toca la guitarra, baila y
la fama será tuya.
Las cosas nunca suelen suceder como
esperamos, el tipo de belleza que se nos impone no esta al alcance de todas las
jóvenes y esto mezclado con los problemas que siempre surgen en la adolescencia
provoca verdaderos dramas, la perdida de imagen, el hecho de no llegar a
alcanzar el tipo de belleza soñado lleva a una fijación sobre este tema, las
malas relaciones que pueda haber con su entorno serán achacadas a una imagen
negativa de si misma, y es la anorexia, la bulimia, enfermedades síquicas que
cada vez mas acechan a las jóvenes perdidas en un mundo en el que se les exige
un comportamiento del cual no son capaces.
Estas enfermedades pueden llevar al suicidio y
a la muerte, es difícil salir de ellas, deberíamos intentar comprenderlas
porque nuestras hijas o nuestras nietas están amenazadas, podríamos, como
mujeres conscientes y luchadoras tratar de hacer comprender a los jóvenes que
hay otros valores que los que quiere imponernos esta sociedad para mejor
explotarnos. Que la apariencia física no es más que eso, apariencia, un
fantasma y que dentro de nosotros anidan sentimientos y sensibilidades que son
más importantes y que no debemos dejar ahogar por los que no nos ven más que
como una fuente de provecho.
Esto sucede a cualquier edad, las mujeres
siguen persiguiendo el fantasma de la eterna belleza durante toda su vida, con
esto engordan a los laboratorios, cirujanos plásticos, institutos de belleza
que no dudan en ofrecerles la eterna juventud a cambio de sus buenos dineros,
se llega hasta inyectar un veneno a las mujeres para borrar sus arrugas, al
parecer todo el mundo esta de acuerdo con esta practica, ha habido algunas
mujeres, pero no son mas que daños colaterales para los laboratorios.
El cuerpo de la mujer se utiliza para
todo, para cualquier cosa con tal de ganar dinero, las publicidades están ahí
para mostrarlo, para promocionar cualquier producto se utiliza cualquier imagen
de mujer, si se trata de alguna parte intima mejor todavía, aquí aun las
publicidades se basan en mostrar una mujer, madre de familia rodeada de sus
hijos y que ante la mirada bobalicona del marido quita unas cuantas manchas, El
otro tipo de publicidad no tardara en llegar, es cuestión de marketing. En el
país vecino hay mujeres que han
protestado colectivamente de la utilización del cuerpo de la mujer para esta
actividad comercial, para anunciar un coche basta mostrar una teta, aunque no
se vea mucho la relación, o bien mostrar a la primera dama de Francia tocando
la guitarra.
Como se trata de problemas de mujeres
debíamos pensar que podíamos hacer nosotras para mejorar este estado de cosas,
no es asunto fácil. Tendríamos que acabar con la sociedad patriarcal, con la
Iglesia y su enseñanza castradora, con el capitalismo y su utilización de
nuestro cuerpo como objeto comercial. Es un vasto programa.
Empecemos por tomar conciencia de estos
problemas y de sus causas, esto no es difícil, el segundo paso es mas
complicado pero depende de nosotras, tratemos de dar una educación adecuada a
nuestros hijos, enseñándoles el mutuo respeto que se deben hombres y mujeres,
que respeten la igualdad y la diferencia de cada uno. Alejemos de ellos las
ideas religiosas que constituyen el veneno que corrompe nuestras conciencias
haciéndonos creer que somos adoradores de un Dios cruel que nos impide ser
libres e iguales a unos y otras.
Las mujeres somos cuidadoras, amas de
casa, buenas profesionales, amantes esposa, todo esto y mucho mas se exige de
nosotras, pero hay algo que también podemos ser, podemos ser revolucionarias,
si, militar para cambiar esta sociedad capitalista que tanto nos oprime, para
dar a nuestros hijos y a nuestros familiares otros valores que no sean los de
esta sociedad podrida y que se sirve de nosotros para exprimirnos como una
naranja azul y luego tirarnos cuando ya no podemos dar mas provecho, seamos
además de todo lo que somos maestras de vida.
Yo soy mujer, pero no soy feminista, he
asistido a muchos combates y puedo deciros que no conseguiremos ser libres sino
luchamos con nuestros compañeros, a veces es difícil pero debemos conseguirlo
porque sin ellos, solas, nuestra lucha fracasara aunque a veces consiga alguna
movilización con éxito, para continuar buscando nuestra libertad es necesario
que estemos unidos, la lucha de la mujer libera al hombre, sin nuestro apoyo
nunca serán libres.
Debemos gritar a nuestros compañeros alto
y fuerte nuestro deseo de libertad aunque a veces no parezcan deseosos de
oírnos, y todos juntos avanzar por el camino que pueda llevarnos a una sociedad
en la cual todos podamos ser felices e iguales.
Ya que estamos aquí reunidos aprovechemos
para pedir la III Republica, estoy segura que como mujeres nos sentiríamos
mejor en ella, no tenemos porque ser súbditos de un rey, súbditas de nadie, a
por la III que será la nuestra
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