LA SAN VALENTIN DEL CURITA

CARTA DE AMOR EN SAN VALENTIN
DE UN CURITA DE LA RELIGION DE DIOS
ENCONTRADA JUNTO AL BUZON DE CORREOS FRENTE A SAN FRANCISCO EL GRANDE EN MADRD

Sra. Dª Ludivina.

Estimada señora: De un tiempo a esta parte tengo preparada una carta al Señor Arzobispo en la que le pido me libere de mis compromisos con la Iglesia, y que si no la he enviado es porque espero de usted me de lugar.

Ya sabe que usted me puso estando en la solana poniendo al sol y que desde ese día no he pasado más que noches toledanas, noches malas, por el desvelo que paso pensando en usted, que es hermosa, y que como Jesús alabaré a la viuda porque dio cuanto pudo ella dar.

Recuerdo, como si fuera ayer, el día en que usted se presentó a confesar en la casa parroquial y yo le dije: “No necesitas confesar tus pecados. Eres buena en buena fe”. Y después, ¿recuerdas? A la mejor penitencia pusimos a asar una morcilla, y, al sacarla del asador, no tuvo usted más remedio que meterla en el seno caliente, y rezamos los dos “a la flamenca”. No recuerdo un final tan untuoso. Un final que usted me aseguró que tuvo su origen en el Japón feudal para castigar a la mujer infiel.

Cada uno se escoge para sí la vida, y yo deseo que mis días transcurran junto a usted. Por eso quiero pedir mi dispensa aunque sea al Papa, porque mucho necesito de usted y no quiero sentirme a semejanza del perro que fue a lamer al molino y fue apaleado.

Señora, quiero un día como el pasado que apague el llanto amargo de mi soledad completa. Yo sé que tengo una amiga que me ama, pero que aún no confía en mi amor. Más, por la esperanza y por la ilusión, mi alma y mi vida quedan en sus manos y recuerde esa canción de la alegría que andando por el camino puso esperanza y fuego en el corazón, cuando de rodillas besó usted mi grandeza y yo su pequeñez:
“A la misa voy,
De la misa vengo;
Si no son amores,
No sé que me tengo”.

Su enamorado y cura por poco tiempo, Fran.


-Daniel de Culla