El aborto es nuestro derecho, luchemos por el
Aqui pido que las mujeres nos unamos y con el apoyo de nuestros compañeros luchemos por conseguir el aborto libre y gratuito, se trata de luchar por nuestros derechos y nuestras vidas
Milagros Riera | Para Kaos en la Red | 29-1-2008 a las 16:30 | 2343 lecturas | 6 comentarios
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EL ABORTO ES NUESTRO DERECHO, LUCHEMOS POR EL
En
estos tiempos de integrismo, agudizado por la proximidad de las
elecciones, el aborto se ha convertido en uno de los caballos de batalla
para que el PP, siempre apoyado por la secta, pueda ganar una mayoría
que teme que se le escape otra vez. La secta se mezcla decididamente en
la política denunciando con sus gritos histéricos el matrimonio
uni-sexo, el divorcio acelerado, la asignatura de educación para la
ciudadanía, ahora también el aborto, es normal, la opresión de la mujer
siempre ha sido uno de los orígenes de su poder.
El
aborto aquí es muy restrictivo los casos en que la ley lo permite son
pocos, y aun así, la influencia de la secta impide en regiones como en
Navarra que se aplique, pues bien aun eso les parece exagerado y
asistimos a una campaña que tiende a hacer pasar por criminales a las
mujeres que desean o consiguen abortar y los doctores que las han
ayudado en este trance.
Quizás
debamos empezar por hablar un poco de lo que fue y es todavía la triste
condición de la mujer en la sociedad patriarcal que siempre la oprimió,
no vamos a remontarnos a la prehistoria, bastara con hablar de ciertos
hechos que en la España franquista, y también antes eran corrientes.
En
el siglo pasado aun se daba un caso estremecedor, y que parece hoy día
olvidado, afortunadamente. Hablo de lo siguiente, los partos tenían
lugar en el domicilio familial con la asistencia de médicos o
comadronas, también detrás de la puerta estaba el padre impaciente de
conocer su retoño, estoy hablando de las casaburguesas que podían hacer
frente a este gasto. En muchos casos el parto era dramático, y no se
contaba entonces con la técnica que hoy existe,llegaba el drama, o bien
se salvaba a la madre, sacrificando al no nato, o bien la madre moría
para que el bebe viniese al mundo, pues bien era el hombre el que tenia
derecho de vida y muerte sobre la mujer, el médico le preguntaba cual
era su decisión y casi siempre era la misma, escogía dejar morir a la
madre, la Iglesia así lo aconsejaba, la mujer ya había cumplido su
misión de dar hijos y el marido ya encontraría otra para consolarle y
seguir pariendo. Poco importaba que el recién nacido, privado de su
madre acabase muriendo también.
Sigamos
contando cosas, historias de mujeresquees necesario conocer. He visto
que muchas personas se extrañan de que en tiempos no tan lejanos las
mujeres amamantaran a sus vástagos durante años, hasta casi cuatro
cuando la ocasión se presentaba, y a veces se valora como un exceso de
amor maternal, puede que sea esa la explicación, pero no en todos los
casos, hay otra, el amamantar era conocido como método de contracepción,
mientras la madre tenia leche estaba protegida del embarazo, no era un
método muy seguro pero al menos era una esperanza.
Con
los hombres no podían contar para protegerse de los embarazos
repetitivos a los que estaban expuestas, mujeres de dos generaciones
seguidas me han dicho lo mismo, que al pedir a sus maridos que tomaran
precauciones, la respuesta era siempre la misma, Dios lo prohibía y les
decían de ponerse en manos de su confesor para convencerlas de hacer su
deber, esto no quita para que ellos tuvieran sus amantes, con las que a
lo mejor tomaban precauciones, y comentaban en sus círculos que mientras
sus mujeres se ocupaban de sus hijos ellos estaban libres de vivir a su
guisa, con la bendición del confesor, supongo.
Durante
la dictadura la mujer fue objeto de una represiónreforzada por la losa
que la secta hacia pesar sobre toda la sociedad Española. Las jóvenes
éramos adoctrinadas convenientemente en colegios religiosos o en
instituciones fascistas, donde se nos hacia estudiar el glorioso
pensamiento de José Antonio, fundador de la Falange y adepto de la
dialéctica de los puños. La mayoría de edad llegaba para nosotras a los
25 años y antes de alcanzar esta edad, para tener un pasaporte,trabajar o
incluso casarse se necesitaba la autorización del padre, si una menor
se marchaba de la casa de la familia sin permiso, se le mandaba la
policía, sin problema, éramos tratadas como débiles profundas. La
represión sexual llego a extremos ridículos, durante años las mujeres no
llevábamos bragas, sino pantalones, la palabra braga estaba prohibida,
era inmoral.
Esta represión
continua hacia la mujer causaba verdaderas tragedias. Hubo un delito en
la España franquista que no se si habrá existido en otros países, es un
delito que no se persigue mas que a “instancia de parte”. Se trata de
denunciar a la mujer adultera, porque el marido no incurre en el. La
mujer así denunciada era condenada con la sola fe de dos testigos que en
muchos casos el marido pagaba, la condena era de cárcel, pero en el
caso de que no fuese condenada la simple denuncia llevaba a que se le
retiraran los hijos que eran entregados al Tribunal Tutelar de Menores,
con la prohibición de que vieran a su madre. Ya podéis imaginar las
consecuencias trágicas que esto causaba para madres e hijos. En muchos
casos era unamanera para los maridos de deshacerse de sus mujeres yque
así perdieran sus derechos, no había divorcio y la anulación en el
tribunal de la Rota era muy cara, no estaba al alcance de todo el mundo.
En
estas condiciones no es de extrañar que en aquella época la información
sexual no existía, no sabíamos antes de tenerlas lo que eran las
reglas, las jovencitas nos reuníamos con mucho misterio para preguntar
si alguna sabia como se hacían los niños y como nacían, no es broma, así
pasaba. Este desconocimiento era propicio a los embarazos no deseados
que siempre eran una tragedia, como en muchos casos siguen siéndolo hoy
día, pero entonces la joven que era madre fuera del matrimonio se la
consideraba una puta, se la echaba de la familia, o en el caso de
jóvenes sirvientas preñadas por los señores y señorítos de la casa, se
las ponía en la calle entre insultos y para unas y otras la solución
muchas veces consistía en la prostitución, lo veis, eran putas,
comentaban los que las habían arrastrado a estas extremidades Algunas
buscaban abortar clandestinamente, sin recursos casi equivalía a una
condena de muerte, los métodos eran rudimentarios, a veces eran ellas
mismas que lo hacían, mutilando su cuerpo y provocando infecciones que
acababan con sus vidas.
Antes de
que el criminal golpe de un general felón nos robara la Republica, las
organizaciones sindicales y anarquistas hicieron un gran esfuerzo para
educar a los trabajadores que no tenían acceso a la enseñanza. Una de
sus preocupaciones principales fue la salud de la mujer. Médicos acratas
formaban comadronas para que pudieran ocuparse de mujeres en el trance
del parto y también les enseñaron como practicar abortos de modo seguro,
sin riesgo para la salud, la única condición es que lo hicieran gratis.
Mi suegra fue una de esas comadronas, ayudó a las mujeres durante toda
su vida, pero lo hizo con las refugiadas en Francia donde vivió exilada
hasta el fin de su existencia, fue una luchadora, una anarquista.
Desde
los tiempos de la dictadura las cosas no han cambiado mucho, las
mujeres que desean abortar son sometidas a un tribunal sanitario que
debe decidir de sus razones y los motivos que se pueden alegar son muy
reducidos. La única solución para ellas ante la imposibilidad de abortar
en su país es hacerlo en Francia, allí es posible, vamos a ver porque,
el derecho al aborto en aquel país no fue un regalo de nadie, se gano
con la lucha.
En los años 60 la
contracepción en Francia estaba prohibida, había que buscar un médico
afín a movimientos de izquierdas que quisiera hacerte una receta,
después había que encontrar una farmacia que consintiera en venderte las
pastillas, algunos farmacéuticos echaban a patadas a las mujeres que se
atrevían a aparecer allí con la receta legal. La secta había hecho
campaña contra la contracepción y los farmacéuticos alegaban la objeción
de conciencia para no venderla, esto duró hasta que la contracepción
fue libre y legales e incluso después.
Para
que las jóvenes supiéramos como servirnos de la libertad que se ponía
en nuestras manos hubiera sido necesario cursos de educación sexual, la
derecha, guiada por la secta, también se opuso a ello y muchos centros
de enseñanza se opusieron a informar a los jóvenes de cómo evitar
embarazos, el resultado es que los abortos clandestinos nunca cesaron,
allí como aquí eran muy perseguidos, la ultima mujer guillotinada en
Francia fue por haber abortado y ayudado a abortar a otras. Fue, hay que
decirlo, en tiempos de Petain.
Los
movimientos feministas continuaron protestando, pidiendo el aborto
libre y gratuito. Manifestaciones, y manifiestos se sucedían, el juicio
de una joven que había abortado y de su madre por encubridora causo gran
impresión, fue el que se llamo juicio de Bobigny, en el Giselle Halimi,
gran abogada y defensora de las mujeres intervino defendiendo a las
acusadas y contando los miles de vidas que costaba el aborto sin
condiciones sanitarias.
Hubo el
manifiesto de las Saloppes, (guarras) en las que las mujeres firmantes
se auto acusaban de haber abortado, grandes intelectuales de la
izquierda lo firmaron. Todo aquello produjo una gran efervescencia y
creó las condiciones para que Simone Weil, ministra de sanidad de un
gobierno de derechas pidiera en la Asamblea Nacional la legalización del
aborto, los gritos de los diputados, los insultos que tuvo que
aguantar, han hecho de ella una figura casi mítica y respetada por
todos, no le importó decir a aquellos políticos que sus mujeres y
amantes podían pagarse clínicas para abortar con higiene, que eran las
pobres que no podían hacerlo las que morían, o las que iban a la cárcel.
La
batalla no acabo aquí, una vez legalizado el aborto había que
aplicarlo, la secta con sus jerarquías vociferantes protestaron y
prohibieron a los que pertenecían a su rebaño, el practicar el aborto
legal, muchos ginecólogos se negaron a hacerlo y costó mucho
trabajoencontrar médicos dispuestos a aplicar la ley, los hubo, pero
otros la aplicaron de una manera asesina, hacían el raspado sin
anestesia y ante el dolor y los gritos de las pacientes reían diciendo
que así aprenderían y no volverían por allí, este trauma siguió a muchas
durante toda sus vidas.
El
aborto se aprobó en Francia con los votos de algunos diputados de la
derecha, y algunos otros de izquierdas, el partido socialista francés se
abstuvo en su mayor parte, preferían a las mujeres sumisas, la libertad
de la mujer ha inquietado tanto a la derecha como a la izquierda.Aquí
el PSOE prometió el aborto libre en las últimas elecciones y no cumplió
esa promesa, ni tampoco lo haría si ganase las elecciones, su sumisión a
la secta es grande.
Esto nos
lleva a considerar que en nuestra lucha por el control de nuestro cuerpo
y de nuestra vida pocos aliados encontraremos, los partidos del arco
parlamentario nos ignoran, solo podemos volvernos hacia los partidos
extraparlamentarios, de izquierdas y republicanos en gran parte. Para
ilustra la dificultad que tenemos las mujeres en encontrar respaldo para
nuestra lucha contare mi caso. Yo, por el momento estoy afiliada a
FIDA, Federación Internacional de Ateos, que en principio se dice
opuesta a las doctrinas de la secta y dispuesta a denunciar sus crímenes
y su maléfica influencia en la sociedad, pues bien, esta asociación se
ha negado a respaldar la petición por el aborto libre, su explicación es
que al hacer esto podía chocar a supuestos ateos que fuesen
antiabortistas, el que las dificultades que encuentran las mujeres en
hacer valer sus derechos vengan de la secta que dicen combatir, que el
acoso de las mujeres por parte de los ultra-católicos sea evidente, nada
les importa, es aberrante pero es natural, son hombres y no tienen
porque preocuparse de la poca cosa que somos.
No
debemos desanimarnos, la fuerza la tenemos nosotras, unidas y decididas
podemos conseguirlo, luchemos por nuestros derechos, para que no haya
ningún hombre con faldas negras o bata blanca que venga a decirnos lo
que debemos hacer de nuestros cuerpos, luchemos para que los hijos que
tengamos sean hijos deseados y no frutos de un accidente, yo aborte
clandestinamente tres veces, estoy orgullosa de decirlo, pude escoger el
momento en que deseaba tener mis hijos, tengo tres y los tres fueron
hijos del amor, como mi marido decía.
Luchemos
con valor, pero no solas, nuestros compañeros deben participara nuestro
lado, para que puedan reclamar el derecho de ser padres cuando ellos y
su pareja lo deseen, al luchar por nuestra libertad luchamos también por
la suya, luchemos como mujeres, como esposas, como madres, con el valor
que es el nuestro y que nos ha llevado a compartir tantas batallas al
lado de los hombres, somos sus iguales y ellos son iguales a nosotras,
deben estar a nuestro lado, pidamos su participación.
No
nos callemos la historia de nuestro dolor, de nuestra angustia al ver
que seguramente estamos embarazadas sin quererlo, nada de esto debe
quedar secreto, es nuestra vida, la vida de las mujeres, debemos gritar
nuestras historias al viento, al sol y a la luna, a nuestras hijas y a
nuestras madre, y gritarlas también frente a los hombres que muchas
veces no desean oírlas.
Ya que
estamos en ello pidamos la III Republica, nos encontraremos mejor cuando
la consigamos con nuestra lucha. Saludos republicanos.
MILAGROS RIERA
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1 comentario:
Muy bueno. A ver si los amantes de la muerte, el odio a la mujer, la falsa fe en los clavos de cristo, se tiran, de una vez por todas, y se ahogan, en su propio charco de mierda sacro facha.
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